Carlos Pabon tiene razón

    En su libro, Nación Postmortem (2002), Carlos Pabon relata la facil propagación de una historia ficticia sobre eventos a principios de siglo XX que apareció en el diario Claridad (PR).  Todos, incluyendo académicos que deberían de ser rigurosos con la información que aceptan, se lo creyeron--hasta que se dio a relucir una semana después que había sido una narrativa completamente ficticia, aunque basado en eventos y personajes reales.  Todo el mundo se lo chupó como si hubiese sido el mejor caviar. Tristemente, sigue ocurriendo esta tragedia "informática" una y otra vez.  El puertorriqueño, como tantas culturas que tienden hacia la información oral, cree los cuentos falsos típicamente cuando tienen elementos 'razonables'. "Bueno", nos decimos a nosotros mismos, "podría ocurrir."   Pero, lo razonable no es necesariamente lo cierto o lo actual. (Si algo uno aprende al estudiar la historia es que la realidad tiende a ser mas loca y compleja--y entretenida--que la propia ficción.)  Al nivel cotidiano, rara es la vez que aplicamos algún sintillo de rigor 'científico'.  Nunca nos preguntamos sobre posibles conflictos de interés estimulando el rumor, y tampoco tomamos el tiempo para verificar fuentes, o del mero dialogo con las partes afectadas.  Peor es el caso cuando dicha información nos beneficia a nosotros mismos: menos razón de ser críticos.  Mediante el proceso, reclamos privados son aceptados públicamente sin haber pasado por un adecuado escrutinio.  ¿Cuando nos vamos a dar esa cervecita, Carlos?