El problema de la crudita: la Ley de Jipp y nuestra sobreconstruida isla de Puerto Rico*

En el debate publico que se ha dado sobre 'la crudita', o el impuesto al petróleo y sus derivativos, el típico argumento que se escucha es la necesidad de mayor recaudos para resolver deficiencias financieras--tanto en las finanzas internas (Banco Gubernamental) como externas (bonistas). "Hay que resolver AHORA", es lo que nos dicen Melba Costa (previa Secretaria de Hacienda) y David Chaffey (previo ejecutivo de FirstBank). Aunque ciertamente ellos tengan una situación difícil en sus manos, nunca se pregunta públicamente si se deberia de aumentar el nivel de deuda.

    Las circunstancias inmediatas posiblemente ameriten elarbitrio, pero la ausencia de consideración de 'largo plazo' no ha sido publicamente discutida.

    La inhabilidad de lidiar con sus finanzas dentro de las limitaciones del presupuesto, sugiere la existencia de una profunda crisis estructural. Aunque algunos argumentaran que la crisis económica de Puerto Rico se debe al mal manejo--que ciertamente ocurre--tambien podrian estar dandose dinamicas 'macroeconomicas' del cual los actores en el meollo del asunto no esten conscientes.

    Entra la "ley de Jipp".

    Para los principios de la decada de 1960, el economista A. Jipp publico un articulo en el cual observo una cercana correlacion entre la productividad de una nacion y el numero de telefonos en ella. [1]  Jipp pudo rastrear la dinamica en la gran mayoria de paises del mundo, a lo que se denomino como la "ley de Jipp" por sus colegas. Dicha ley estuvo sumamente debatida, pero tenia una singular verdad como su centro conceptual: la infraestructura de un pais tendrá una cercana relacion con su nivel económico.[2] Cual viene primero y como se interrelacionan es un asunto largo y complicado; lo cierto es que mientras menor el ingreso per capita, menor será el nivel de infraestructura que puede sostener un pais.

    Esto podrá sonar obvio, hasta que uno se pone a considerar sus implicaciones.    

    Una economia en retroceso, como ha estado la economia de Puerto Rico durante la ultima decada (o mas), carecera la capacidad financiera para sostener su previo nivel de infraestructura. A manera que decaiga mas su economia, menores recursos tendrá el pais para sostenerla; mientras mayor la diferencia, menor su habilidad en mantener dicha infraestructura. Naturalmente, esto a su vez implica que su infraestructura decaera en calidad y seguira decayendo hasta llegar a un punto de equilibrio a la par con su realidad economica (su producto bruto per capita).

    Me da la impresion que podemos utilizar este punto de vista para mejor entender dinamicas macroeconomicas impactando decisiones de nuestros lideres estatales--incluyendo a nuestro pobre gobernador.

    Debido el previo declive economico, el gobierno de Puerto Rico se ha visto forzado a aumentar su nivel de endeudamiento (lease cantidad de bonos) para sostener una infraestructura que esta muy por encima de su nivel economico. Se puede argumentar que el paradigma que ha sostenido la economia de Puerto Rico durante las ultimas décadas ha llegado a un punto de saturacion. Es decir, la construccion como modelo economico ha llegado a sus limites vigentes y simplemente no podrá continuar sostenerla en el futuro inmediato.

    Pretender seguir tomando dinero prestado meramente previene que el inevitable ajuste entre los 'niveles de infraestructura' y 'los niveles de nuestra economia' ocurra. Los guaynabitos no podrán seguir viviendo del credito y tendran que eventualmente aceptar su nueva realidad economica.

    Por esta razon, creo que el legislador Manuel Natal tiene toda la razon en oponerse a 'la crudita'. Mirandolo 'firmemente' desde el punto de vista que va a tener que asumir los costos de dicha infraestructura, Natal se da cuenta del costo humano y social que tendra dicha crudita. Es posible que nuestro lideres gubernamentales ya no hallan endeudado hasta tal punto, que no sera posible 'pagar' dichas deudas por varias decadas.

    Incluso, también se puede sugerir que, debido que dichos prestamos' (bonos) se tomaron en ausencia de una seria conmiseracion de la macroeconomia del pais, Natal me parece ahora tener la razon en sostener el punto que dichos 'bonos' son impagables--si no por la mera razon que haran de la ciudadania 'sus esclavos'. Sin duda, el costo de tal decision sera sumamente alto. (Pero, quizás no tan algo de la revolucion social que estallara de seguir aumentando impuestos al resto de la ciudadania sin considerar su habilidad de pago y su impacto en la calidad de vida.)

    Tambien parece que no han sido solamente nuestros legisladores que nos han fallado. Parece que nos los economistas del pais igualmente se han quedado estancados, cegados con sus jugosos contratos estatales, cuando debieron de haber estado dando una contundente voz de alerta sobre dichos cambios años atras.

 

NOTAS 

1. Jipp, A. (1963), “Wealth of nations and telephone density”, Telecommunications Journal (july), pp. 199-201.

2. Robert J. Saunders, Jeremy J. Warford, Bjorn Wellenius, eds., Telecommunications and Economic Development, 2nd ed (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1994).