La falta de conocimiento del...conocimiento

    Acabo de escuchar una charla de un literato puertorriqueño sobre sus viajes al exterior, y la reflexión de esto sobre nuestra tierra, Puerto Rico.  (Tendré que leer el libro uno de estos días.)  Simpatizo grandemente con lo que el autor decía--el viajero que "camina a pie" para presenciar directamente el mundo al exterior.  Un tipo de 'autopsia', como notó el autor, en el cual uno trata de ver por si mismo.  No obstante, no pude sino notar una serie de contundentes vacíos en su esquema epistemológico--ausencias que son difíciles de explicar en unas pocas palabras, en unos pocos y flotantes minutos, ante una audiencia que probablemente no comparta el mismo esquema de valores y paradigmás.  Por lo tanto, creo apropiado brevemente rellenar este matiz, y así esperadamente contribuir un "granito de arena" (como se dice aqui) a su próximo libro.  

    Habían varias presunciones preocupantes: la idea que el bárbaro tuvo que ser construido por los griegos; que los griegos no creían en su propio pensamiento; y que el conocimiento (el 'pensamiento') consiste en el rechazo de la tradición.  Da pena de como la tradición occidental, que ha contribuido tanto a su calidad de vida, pueda ser descuidada; y es claro que el autor quizás debería de leer un poco más sobre el tema--en especifico los griegos a los cuales tanto aludía.  

    No obstante, lo más preocupante de todo fue su implícita presunción principal, que podríamos parafrasear de la siguiente manera: "La vista es coigual al conocimiento", o "ver es creer"--cliché comúnmente expresado en los foros mediáticos populares.  El autor viajaba por tierras, reflexionaba sobre lo que veía, despreciaba lo que había ante de el, y las anotaba en papel, etc.   Aunque algunos se enfoquen en el ilusionismo moderno de su desiulsionismo, lo que más me interesa 'pensar' en este breve ensayo es el fundamento y mecanismo de sus conclusiones.   

    El autor parece tomar como postura filosófica que la verdad es creada por el ser humano.  En este sentido, su "mirada" refleja las viejas ideas que se tenían sobre la luz y la naturaleza de la vista: la luz "sale" del ojo e "ilumina" los objetos que percibimos.  (Cuando cerramos los ojos, por lo tanto, "paramos" de ver.  Obviamente, no pensamos de esta manera hoy dia sobre la vista y la luz.)  El autor parece ir a países extraños y ver solamente lo que quiere ver.  No describe que pasos exactos tomo para llegar a las conclusiones que había llegado (independientemente de cual sean estas-aparentemente de carácter mórbido y oscuro) y cómo se interrelacionó con los sujetos de su estudio.   El 'extranjero objetivo', de acuerdo al autor, puede entender mejor la realidad del sujeto que el sujeto mismo.

    Pero una de las cosas que hemos aprendido a través de la historia occidental es que 'ver no es creer'.  El mundo no es tan fácil de entender: sus mecanismos son más complicados de lo que nos imaginamos, su historia más profunda, y sus entidades múltiples y desconocidas ante nosotros.   El hombre no es un 'dios' que meramente puede sentarse en el monte de Olimpo y ver el mundo desde una distancia, intocable y sin impactar o ser impactado por lo que desea entender.  Un cliché histórico, pero que nunca se nos puede olvidar, es que genuinamente se pensaba en Europa que el sol giraba alrededor de la tierra.  Lo mismo podríamos decir de los "africanos"  cuando primero observaron tecnologías occidentales, como la carroza, que parecía ser 'mágica' al no entender sus principios básicos.  La base epistemológica de la ciencia moderna esta constituida por mucho más que el empricismo.  El meramente ir al mundo y ver que existe ahí es necesario, pero no suficiente, para su debido entendimiento. 

    El "mundo" tiene mecanismo, magnitud, y profundidad; la ausencia de vista de alguno de estos elementos (entre otros), lleva a una mirada y entendimiento limitado del mismo.   No podemos presumir que conocemos todos los componentes del mundo; la presunción, particularmente en la vida social, lleva a serios y graves errores.  Como escribió Darwin en sus viajes por Sudamérica, la experiencia de un sólo terremoto revoca toda idea preconcebida con respecto a la solidez del planta sobre el cual pisamos diariamente; había algo más en la entidad que presumíamos conocer tan íntimamente.   No podemos, tampoco, presumir que el mundo carece de profundidad histórica; el descubrimiento de esta profundidad a través de la arqueología, la biología y la genética es quizás uno de los más grandes logros de los últimos dos siglos.  Nuestras vidas son meros breves momentos pasajeros durando unos micro-segundos en la larga historia del universo.    Incluso, nuestra concepcion espacial del universo basado en la 'vista', como aparentemente realiza el autor, estaba muy equivoco hasta principios del siglo veinte.  El universo no es constituido solamente por  la vía Láctea: una inmensa galaxia equiparable a la totalidad del universo per se.  Como demostro Curtis, consistía de via Lácteas (galaxias) entre vía Lácteas: mundos dentro y afuera de otros mundos.  Nuestra vista nos habia engañado.

    El mero acto de ver no concede conocimiento, sino solamente información.