La moralidad, como el lenguaje, no se puede legislar

    Recientemente ha surgido un intento de 'institucionalizar' el matrimonio al elevar a rango 'constitucional' dicho arreglo.  Durante el fin de semana pasado, la Iglesia Católica en Puerto Rico lo aprobó contundentemente.  Aunque estos esfuerzos tengan las mejores de intenciones en tratar de contrarrestar los graves problemas sociales que surgen del concubinato, discrepamos al considerar su efectividad y el orden social que estas leyes establecen.  Obviamente, el esquema bajo este orden arcaico es la imposición de un orden social desde 'arriba', haciendo ilegal lo que se ha convertido en la practica común.  No es que esta táctica sea 'mala', sino que es meramente ineficiente al ignorar los beneficios y costos involucrados; es como matar un mosquito con un martillo.    Si una niña adolescente genuinamente aprendiera los altos costos que implica tener un bebe fuera del matrimonio, 99.99% de ellas no incurriría en actos que claramente van en contra de su propio bienestar.  Igualmente, si estas aprendieran a tomar control de sus vidas, psicológicamente no serian fáciles instrumentos de terceras personas.   Es algo absurdo intentar de lidiar con un temporero problema social al elevarlo a rango constitucional.  Esto sobre-simplifica las dinámicas actuales de la sociedad contemporánea y  falsametne presume que el estado tiene mayor poder de lo que actualmente tiene.  Finalmente, el estado no debería de literalmente pretender ser 'padres' de los ciudadanos en su colectividad, sino que debería de ayudar estos cumplir cabalmente sus funciones.