La venganza de las féminas: José Arsenio Torres, Eduardo Bhatia y la emasculinización académico del varón

    Uno presumiría que el genero no exime las personas de ser responsables y fidedignos a la verdad, tal y como la mejor conocemos, en el foro publico. Pero, eventos de la semana pasada da la impresión que figuras féminas ‘publicas’ están utilizando los diferentes criterios que tienden a existir en la evaluación de los géneros para ‘pegar al hígado’—distorsionando los hechos con emociones y retórica abiertamente hachando la verdad al zafacón.

    Jose Arsenio Torres y Sandra D. Rodríguez Cotto

    En reacción a los comentarios de Arsenio Torres sobre los relacionistas públicos, Rodriguez Cotto no malgasto segundo al pegar directamente al hígado de Jose Arsenio al notar un incidente trivial que parece haberle causado al “Profe” algún bochorno.  Desconocemos si esta fue la directa causa de la lamentable declaración de retiro por Jose Arsenio Torres, pero probablemente lo fue.  Rodriguez Cotto luego cambia el temas sobre la integridad de los relacionistas públicos, al sugerir la debilidad de la radio al momento.  No tan solo fue esto una ‘mentira’, debido que la radio ha tomado auge luego de la ‘digitalización de la señales de television’, sino que fue obviamente un intento para desviar la atención sobre uno de los problemas principales de todo relacionista publico: su excesiva cercanía con los clientes que representan.

    Hablo por experiencia propia.

    Luego de haberme graduado, tome brevemente un trabajo con una agencia de relaciones publicas en Texas.  Era una firma de pequeña escala, éramos solo unos 8 empleados, que trabajaba todo tipo de proyecto.  El dueño era un mexicano carismático que claramente había empezado de orígenes humildes.   Un dia, la firma fue subcontratada por una firma mayor para lidiar con un proyecto de tubería de gasolina, que iba a estar pasando por unos aquiferos sensitivos con especies únicas locales.  La actitud del contratista principal (otra firma de relaciones publicas) no fue meramente sumisa, sino que había asumido la actitud de la compañía petrolera como su propia.  Los documentos relacionados fueron tan chocantes, que renuncie contundentemente de la firma.

    No hay duda alguna que las relaciones comerciales y las fuentes de ingresos económicos de dichas firmas las propulsan hacia ese tipo de mentalidad debido precisamente al carácter de su trabajo.  Como se ha señalado anteriormente, si una firma actuara como juez sobre las aciones de la corporación quienes los contratan, perderían el contrato y probablemente nunca recibirán otro contrato mas.  La ‘corrupción’ de los relacionistas públicos no afecta solamente este sector, y parece ser inherente al campo.

    Quien debió haber tomado la oportunidad para hablar abiertamente sobre el asunto debió haber sido Sandra D. Rodríguez Cotto, no lo sugerido por la autora.

    Eduardo Bhatia y Aida Díaz

    Es claro que el Senador Bhatia esta tratando de lidiar y resolver uno de los problemas neurálgicos en Puerto Rico, debido sus implicaciones de desenvolvimiento económico y cultural: el problema de la educación.  Sea o no que usted este en acuerdo con la legislación propuesta, lo cierto es que le damos cinco estrellas a Bhatia para señalar el problema y abrirlo a la discusión en el foro publico.  Uno de los comentarios que hizo fue la noción general sobre el pobre desenvolvimiento académico de los estudiantes de escuela publica—a lo cual la Señora Diaz, presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), reclamo una disculpa publica.

    Aunque Aida Díaz no le ‘pego al hígado’ como Rodriguez Cotto, no es menos cierto que distorsiono la situación al entrar en un juego ‘emocionalista’ solicitando dicha disculpa—-algo como si fuese la abuela de Bhatia. Implícitos textos del reclamo irían “¿Cómo te atreves? ¡Después de todo lo que te he dado!”  Es bastante obvio que la retórica publica de la Señora Diaz distrae por completo de los asuntos medulares, sugiriendo la equivocación factual del Senador Bhatia sin darle reconocimiento alguno a la inherente validez e enorme importancia de sus reclamos.

    Conozco por experiencia propia

    Cuando empece a enseñar en la Universidad InterAmericana, me dejo en shock las pobres contestaciones a ‘identificaciones’ e ‘ensayos’ que dejaban los estudiantes.  Podría hacer un conteo estadístico sobre el numero de palabras en promedio que utilizaban, pero estaría malgastando mi tiempo debido que el patron era tan contundente.  Me fue incrédulo ver que estudiantes contestaban preguntas de ensayo—que debieron de haber cubierto varias paginas—con tan solo dos o tres lineas.  Debido que me fue instruido que ‘no podia dar F’, las curvas que tiraba en la clase eran enormes, y escondían el grave deficit académico de los estudiantes.  Para ponerlo en contexto, en octavo grado (pre-secundaria) nosotros estábamos leyendo mas materiales, con largas contestaciones que los alegados estudiantes universitarios.