Retomando la biologia en el Insularismo de Antonio Pedreira*

El otro día tuve el honor de conocer a un profesor de la vieja guardia: alguien con un profundo sentido de deber cívico e involucrado en numerosos proyectos de mejoras al prójimo.  Curiosamente, también me sentí transportado al mundo intelectual puertorriqueño durante la primera mitad del siglo veinte.  El honorable profesor me comento sin pudor alguno que mi interés en temas científicos se debía a mi genética "Fernos" y que, también debido a mi genética, presumió que había estado leyendo libros desde que era un infante.   Aunque halagado por el comentario, no pude evitar pensar de cuanto ha cambiado el mundo intelectual en el cual nos desenvolvíamos.  

Inevitablemente, el distinguido profesor me hizo pensar inmediatamente sobre los conceptos biológicos que permean una de las obras canónicas de la intelectualidad puertorriqueña: el Insularismo de Antonio S. Pedreira (1934)

No puede haber duda alguna sobre la contribución de Pedreira durante la década de 1930 cuando la isla parecía tener tan poca esperanza ante la contundente hegemonía estadounidense.  Las tierras agrícolas mas productivas habían sido ocupadas por industrias azucareras, a tal punto que las limitaciones legales de 500 acres por finca parecía ser un mero chiste--un paño con el cual limpiarse la nariz.   Durante la época, la cantidad de poder político que tenia el puertorriqueño era mínima, debido el directo control del Presidente de Estados Unidos sobre estos procesos.  La época también se caracterizo por la filosofía del eugenismo, quien ponía y disponía 'carta blanche' sobre razas enteras, contribuyendo a las bases de legitimidad del Nazismo poco años después. 

Ante todo esto Antonio S. Pedreira reclamo la existencia y legitimidad de la cultura puertorriqueña, contribuyendo a un renacer de sentimiento identitario en la isla.  Casi como una mano solitaria estirando al cielo de la esperanza ante el torbellino de la realidad actual, Pedreira reclama que 'Somos y deberíamos de ser puertorriqueños.'

No obstante, las partes constituyentes del libro incluían nociones biológicas que, en el mundo intelectual contemporáneo, han sido descartadas décadas atrás.  Cualquier persona que lea Pedreira sin conocimiento de dichos cambios formara nociones sumamente equivocadas, y racistas, sobre la naturaleza del ser humano.  Aunque estos errores científicos no subestiman el mensaje principal de Pedrerira, es obvio que se tiene que retomar el asunto meramente para que estudiantes del libro no 'entren en error'.  También que requiere que se desarrolle un tipo de actualización al mensaje principal de Pedreira en nuestra 'contemporaneidad posmoderna'.  

Esta breve pieza solamente se dedicara para destacar algunas nociones biológicas equivocadas del honorable maestro Pedreira.

Es obvio que Pedreira, como muchos de su generación, toman una visión extremadamente simplista sobre la 'genética'--una ciencia 'nueva' que todavía estaba en lo que podríamos caracterizar como etapas tempranas de niñez intelectual.  La raza, para Pedreira, igualaba la cultura, lo que explica el innato racismo que existía en el centro del libro.  Debido las mezcla de razas, había una constante batalla dentro de cada individuo entre las tendencias que podríamos definir como 'caos' versus 'orden', asociando la usuales razas con sus inesperadas características. La 'ausencia de civilización' en culturas africanas eran nocivas para el bienestar del puertorriqueño, de acuerdo a Pedreira, al igual que la inhabilidad de formar acciones colectivas de alguna sustancia.  

Este racismo es quizas unos de los puntos mas criticados del autor, y naturalmente causa de su rechazo por ciertos segmentos de la intelectualidad puertorriqueña. Es quizas importante aqui señalar que para Pedreira, la biologia no era el UNICO factor involucrado, pero que ciertamente jugaba un papel.

Para darles una idea de cuan equivocado estaban algunas de las nociones de la época, se podría sugerir (siguiendo su lógica) que aquellas criaturas con la genético mas complicada serian las criaturas mas complejas y sofisticadas.  De hecho, la sofisticación del cuerpo no esta directamente ligado al tamaño de su DNA.  (Watson y Crick no descubrieron el DNA hasta luego de la Segunda Guerra Mundial, unos veinte años después de la publicación del libro de Pedreira.)

Quizas lo interesante a señalar es que, como suele ocurrir, Pedreira compartió las mismas  presunciones del mundo natural y la naturaleza humana que los grupos contra el cual el batallaba (los eugenésistas estadounidenses).  Para ambos, la biologia era co-igual a destino, dando así a visiones marcadas que racionalizaban la inata conducta humana de distinguir entre el grupo interno ('los buenos') y el grupo externo ('los malos').  

Lejos de revelar la realidad actual de la naturaleza era de por si, la biología de Pedreira (y los eugenistas estadounidenses) era un mero reflejo de mecanismos cognitivos humano que surgieron luego de cientos de de miles de años de evolución en grupos pequeños.

No por ser 'parte de su epoca' se debería de descartar las ideas de Pedreira--o a colegas 'errados' pero bien intencionados.