Sana politica pública: apagen radios y televisores durante el mes de octubre
A pesar de tanto que nos quejamos sobre la política, no tendemos a considerar como cada uno de nosotros alimentamos el proceso vicioso que se da en los foros mediáticos las pocas semanas antes de las elecciones en Puerto Rico. La contienda política, como la pelea de gallos o la de boxeadores en el ring, tiende a llamar la atención. ¿A quien no le gusta un escanda, un chismecito o una 'mala muerte' política? Como las crudas peleaos del antaño, se forma el circulo de espectadores apoyando uno que otro lado, sin que todos se den cuenta del proceso deshumanizan que se da mediante el entretenimiento crudo pero oficializado. En las últimas semanas he escuchado ataques a los pocos políticos virtuosos que quedan, barbáricas defensas de actos injustificables, y la completa desviación de la atención a los asuntos medulares de la isla.
¿Cómo remediar esto? Apaguen el radio y el televisor durante el mes de octubre, comenzando hoy y durando hasta las elecciones el 4 de noviembre. En vez de 'mirar' o 'escuchar', pongansen a leer, contemplar y dialogar entre si.
Los beneficios serán los siguientes:
1) Ausencia de audiencia en el cual se gastan la gran mayoría de fondos públicos políticos que poco contribuyen al actual bienestar de la isla, que ayudaría a trasladar los pocos fondos donde genuinamente se necesitan.
2) Reducción de influencia de quienes poco les importa los temas importantes de largo plazo; los propagandistas, que reciben contratos multimillonarios meramente para hacer un 'show' que se olvidara al mes de la elección.
3) Establecimiento de dinámica 'Santa Clos': si no se sabe como opina la gente, habrá un estimulo hacia la buena conducta de todas partes.
4) Mayor comunicación directa entre la población, estimulando conversaciones de mayor profundidad y reduciendo así la influencia de los medios comerciales. (El renacimiento de la tertulia.)
5) Finalmente, la cancelación de programas de baja mentalidad, como "SuperExclusivo". cuya mentalidad de 'arrabal', no nos orienta a lo que deberíamos de ser como pais.
Quizás así, lograremos eliminar los círculos viciosos de nuestra sociedad, estimulando inversamente la buena conducta entre todos los ciudadanos--incluyendo los políticos.