The Myth of Puerto Rican Independence (19th Cent) and its Historiographical Implications

    Aunque no soy un experto en 'estudios puertorriqueños', es claro que existe un profundo mito en la 'conciencia histórica' puertorriqueña: el mito de libertad política (independencia) a fin del siglo XIX.   Justo cuando la pequeña isla había 'logrado' su libertad, el malo imperio estadounidense vino y se robo su pequeña palomita de paz, mordiendole la cabeza y tirando su cuerpo al piso.  Exageramos algo grotescamente, pero la imagen capta el espíritu de este sentir--de hecho una metáfora--en la cual se tiende a pintar lo estadounidense como "malo" y lo "español" (proveniente de España) como 'bueno'.  La metáfora 'naturalmente' sugiere su política pública: lo único que tenemos que hacer es restablecer nuestros lazos con la 'madre patria', en este caso España, para poder recuperar nuestro ideal de la independencia perdida.   Aunque no soy un experto en 'estudios puertorriqueños', encuentro esta contundente imagen tan ingenua, por falta de mejor palabra, que su presunción amerita un breve comentario.  

    Es obvio que, lo que se le esta dando importancia en el transcurso de unos 400 años es solo un muy breve periodo hacia el final, cuando ya España había perdido la gran parte de sus colonias en lo que ahora conocemos como "América Latina"--ciertamente era un 'imperio sumamente fatigado'.  En contraste, ya para fines del siglo XIX, Estados Unidos era un poder emergente mundial, debido a su desarrollo científico-tecnológico (ferrocarriles) , que logro consolidar los mercados domésticos al reducir el 'tiempo y espacio', creando así un crecimiento económico sostenido parecido al mismo momentum ferroviario.  Que España otorgase cualquier libertad a los puertorriqueños mediante la cultivada insistencia de nuestros antiguos ilustres no debería de sorprenderle a nadie.  Otorgarles responsabilidad por el mismo es, tristemente, otorgarles mayor importancia de lo que estos ameritan debido el fuerte impacto de eventos exteriores a su historia interna.  

    Un astuto analista político de la época podía haber sugerido que, debido el casi-seguro final de su imperio, otorgandole la libertad a esos puertorriqueños "antes que después" podría llevar en un futuro cercano a la postura que se toma hoy día, descrita al principio de este comentario: odio a los anglosajones por su 'hipocresía'.  Muy fácil olvidado en el 'meta-relato' es que España, en ningún momento durante los 20 segmentos de 20 años que transcurrió el periodo colonial, decidió otorgar por su 'libre y propia voluntad' la independencia a la isla,  su libertad política.   ¿Porque, entonces, idealizar una obvia conclusión?  "¡Hombre!, por favor", no sean tan ingenuos.  Ciertamente, los Estados Unidos no cumplió inmediatamente con su promesa de 'traer la democracia", pero notemos el grave contexto geopolítico de la época: la amenaza de agresivos imperialistas europeos a través del mundo africano y asiático.  Desde este punto de vista, no es una mera coincidencia que el status político de Puerto Rico cambio justo cuando Estados Unidos forzó las naciones europeas, como Inglaterra, a desaserce de sus colonias después de la Segunda Guerra Mundial.  Luis Muñoz Marín, como su padre, posiblemente amerita menos influencia al cambio de status político del cual se le otorga hoy día. 

    Me parece que ignorancia de esta mayor política global ha creado un errado contexto sobre los orígenes de la 'nueva colonia' que se forjo en la isla a principios del siglo XX.  (Obviamente no significa que ahora, a principios del siglo XXI, necesariamente aplique a la situación actual.)  Es también posible que esta imagen haya profundamente nutrido del carácter anti-modernista de la historiografía puertorriqueña contemporánea.