Cómo nació el “envíamelo en PDF”


FUente: El Pais



Las impresoras son el amigo invisible de los ordenadores. Su presencia en los hogares y lugares de trabajo es común, y en general requieren poca atención por parte del usuario (más allá de cargar papel y reemplazar cartuchos o tóneres), lo que hace que pocas veces se hable de ellas. Pese a lo apasionante que resulta la evolución del hardware de impresión (desde las impresoras de cinta o margarita hasta las recientes y revolucionarias impresoras 3D), hoy nos ocuparemos de la vertiente software, que tiene su enjundia.
 
¿Les suena la frase “necesitas instalar el driver”? ¡Ay, el driver! Conocida y temida palabra que representa algo que no sabemos exactamente lo que hace, pero sin el cual no podemos usar cierto hardware conectado a nuestro ordenador. Un driver (o controlador) de impresora es un software que convierte la estructura y contenido de un documento en una serie de instrucciones para la impresión del mismo en una impresora determinada. En los viejos tiempos, sólo se podían imprimir documentos usando caracteres, aunque con ligeras modificaciones (negrita, itálica, subrayado, etc.). Los controladores enviaban a las impresoras secuencias de texto que incluían caracteres de control (o secuencias de escape, ver esta tabla) con instrucciones de formato. Por ejemplo, “hola mundo!” se codificaría como “hola ESC!8mundoESC%8!” (ESC o escape es el carácter de código ASCII 27), de manera que la impresora, al recibir la secuencia ‘ESC!8’ activaría su modo de escritura en negrita, desactivándolo al recibir la secuencia ‘ESC%8’. Además de que cada modelo de impresora tenía sus propias secuencias de escape, cada vez que se deseaba imprimir un documento debía cargarse e imprimirse desde el procesador de textos con el que se creó.
 
En los 80, con el boom de la autoedición, se requiere imprimir páginas donde se mezclan textos (en varias fuentes y tamaños) y todo tipo de gráficos. Además de pantallas con la resolución necesaria para poder editar/visualizar estos documentos, hacía falta algo más que secuencias de escape para indicar cómo imprimirlos. La solución consistió en pasar de códigos de control dependientes del fabricante a un lenguaje estándar de control de impresoras.

El hito que marcó el cambio de paradigma en la impresión digital de documentos vino por parte de los fundadores de Adobe con PostScript, un lenguaje de descripción de páginas cuyos comandos están pensados para indicar a la impresora qué debe imprimir. Así, al mandar imprimir un documento desde su editor, se genera un archivo Postscript con las instrucciones necesarias para que cualquier impresora que sepa interpretarlas pueda entonces generar su versión en papel; la Apple Laserwriter (1985) fue la primera impresora PostScript. También se desarrolló software que interpretaba el contenido de archivos PostScript para visualizarlos en pantalla sin necesidad de una impresión en papel.




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https://elpais.com/tecnologia/2018/05/17/actualidad/1526558138_538368.html