Darwin en Puerto Rico (Segundo caso Casellas)

    Hace una dedada, cuando antes tenia televisor, un noticiero dejo una imagen que por alguna razón o otra se quedo grabada en mi mente.  La escena era de una señora agitadamente gritándole a un carro de policia.  No me recuerdo de los detalles específicos. Había ocurrido en un pueblo de la isla, y relacionaba a unos agentes policiacos quienes estaban arrestando fraudulentamente a personas al sembrar bolsas de drogas en sus pertenencias, carros etc.  La reacción de esa señora claramente indicaba cuan injuriosamente esos ‘policías’ estaban a cuando en contra de todo principio de la ley.

    De hecho, me recordó algo que Darwin había escrito en su “Voyage of the Beagle”, una narración de sus  viajes por America Latina durante la dedada de 1830.

    Viajando por Brazil, Argentina y Chile, Darwin detecto varias particularidades culturales en los distintos países.  Por ejemplo, la esclavitud era tan marcada en Brazil, que cuando Darwin fue a agradecer a un hombre negro, este se eñangotó y rápidamente cubriendo su rostro con su brazo, como si para evitar un golpe a la cabeza.  En Argentina, Darwin noto que los varones, por la mas trivial de razones, sacarían sus cuchillas para atacar a otro.  Chile tenia un ámbito cultural mas elevado, aunque sumamente inegalitario.  Desiguales relaciones de trabajo se asemejaban a algunas que se carian en la Europa medieval, posiciones laborales que eran traspasadas entre generaciones.  

    Pero en todos estos países, Darwin observo un aspecto común: al crasa arbitrariedad de la ley.  Con alguna regularidad, las clase alta no tan solo obviaba las consecuencias legales de chocantes y violentas acciones, sino que lograban que los mismos oficiales arrestaran a personas pobres sin causa alguna.  Lo existía lo que hoy se denomina como el ‘rule of law’. 

    Es por esta razón que la noticia de la doña me impacto tanto; era como ver las observaciones de Darwin durante el siglo veintiuno.

    Los triste del caso es que sigue ocurriendo hoy dia, particularmente con la reapertura de Pablo Casellas, quien vilmente asesino su esposa en un complot tan mediocremente realizado, que al mas ingenuo conociendo los hechos sabría que Casellas fue culpable de la acción.

    Mediante influencias ejercidas por su padre Salvador Casellas, un prominente jurista federal (EU), el caso de Casellas—quien había sido encontrado culpable por el juez José Ramírez Lluch—fue dictaminado para reexaminación una segunda vez.[1]

    Es claro que la clase alta de Puerto RIco hoy, como la clase alta latinoamericana durante el siglo XIX, carece de la educación para very la función de la ley abstractamente.   En vez de establecer principios universales, cuales seran aplicados uniformemente a trabes de todo caso, independientemente de condición social, la clase alta mira la ley como un instrumento personal, sin  plena consciencia del nocivo impacto social de esta practica.  Ley ley hoy, como en el siglo XIX, es aplicada arbitrariamente, usualmente con el propósito de satisfacer a un solo partido, típicamente quien tiene el mayor ingresos. Los policías y los abogados en este sistema se convierte en prostitutas, solicitando su servicio al mayor postro quien pueda pagarle mayor cifra.  La noción de principios constitucionales salen por la borda, una y otra vez en la aplicación de la ley en Puerto Rico.  

    El segundo caso de Pablo Casellas Toro solamente demuestra cuan cercano Puerto RIco todavía se encuentra al mundo del siglo XIX, y cuan poco hemos progresado como una sociedad en su totalidad.[2]

    Seria interesante ver que diría Darwin hoy, de darle una visita extra al Puerto RIco contemporaneo.

    NOTAS