Experimentos sociales

    Se tiende a presumir que la noción de 'experimento social' es una cruel y preocupante, semejante quizas a los experimentos Nazi durante la Segunda Guerra Mundial que eran nada mas que tortura 'justificada'.  Todo esto, por supuesto, depende de la etica del cientifico social que la practica.  Algunos experimentos sociales contribuyen, en vez de detraen, del capital social.

    Cuando estudie en la Universidad de Texas, de vez en cuando tenian una contrapción muy interesante en frente de la biblioteca para los sugraduados.  (La "UGL" era muy especial al contener en su totalidad todos los textos canónicos del mundo occidental; lamentablemente fue eliminada con la euforia de lo digital que se dio con el nuevo milenio.)  La contrapción era un asiento con correa de asientos, que se movia una corta distancia sobre unos rieles levemente elevados.  La distancia era corta, de cinco a dies pies quizas.  Uno se sentaba, se apretaba las correas, y dejaba que la gravedad lo llevara hasta su abrupto final.   Nada mas.

    Uno podrá naturalmente preguntar, "¿Para qué?".  

    La maquina estaba diseñada principalmente para darle una noción real de las fuerzas involucradas cuando uno conducía un automóvil, obviamente con el propósito de reducir los trágicos accidentes automovilísticos.  Y, para serles franco, algo tan simple era sumamente eficaz, debido que uno sentía en cuerpo toda la fuerza generada por un automóvil.  La primera (y única) vez que lo 'corrí' me dejo totalmente perplejo.  Aunque la velocidad era algo sumamente leve, de unos 5 a 15 millas por hora, la fuerza que uno sentía era chocantemente grande.

    El experimento social funciono efectivamente, particularmente para varones con esa natural tendencia en conducir al máximo que le permitia el automóvil.

    Durante la secundaria, hubo otro 'experimento socia' con los féminas de la clase que fue muy efectivo en hacerles sentir 'en la actualidad' los cotos emocionales y personales de ser madres: tenían que llevar con su persona un huevo no cocinado durante el espacio de 1 semana.  Debido la fragilidad del huevo, la 'madre' tenia que ser sumamente cuidadosa con el 'niño', al igual que todas las tareas que conllevan ser padres: alimentar, cambiar, poner a dormir, etc.  Si el huevo se rompía, entonces la estudiante 'se colgaba'

    En comparación con tantas clases contemporáneas, ninguna de las féminas de mi clase terminaron con embarazos no deseados.  El experimento había 'funcionado'.

    Quizás los de nuestra generación le debería dar las gracias a quienes tuvieron la sabiduría de darnos a conocer directamente los costos de las malas decisiones en el mundo contemporáneo. 

    Gracias.