Fin de la 936: Crisis como oportunidad

    "No hay mal, que por bien no venga" va un refrán puertorriqueño que deberíamos tener en mente hoy día.  Con el fin de la exención contributiva 936, un numero de compañías han anuncado que estarán cerrando sus puertas para fin de año, aumentando el desempleo local.  Durante la dos semanas pasadas, cuatro compañías anunciaron su cierre y el despido de cientos de padres de familia.  Más van a seguir su paso.  Pero antes de que nos preocupemos demasiado y el pánico nos ciegue, recordemos que la instancia es una buena oportunidad para crear una genuina economía "puertorriqueña".   Los incentivos económicos simplemente creaban una economía artificial cuya base principal eran compañías 'extranjeras', principalmente de origen estadounidense.  (Este vuelo de corporaciones es algo irónico cuando se considera que la eliminación de la sección 936 se debió a expresiones hechas por el entonces gobernador Pedro Rosselló (PNP) a mediados de la década de 1990.  La autobiografía del entonces Senador Daniel Patrick Moynahan (NY) tiene buenas descripciones del periodo.)  Vivíamos una 'falsa realidad', como dirían algunos independentistas.  Desde un punto de vista estrictamente económico, dichas compañías reducían el incentivo hacia la autogestión económica del puertorriqueño. ¿ Porque iniciar y asumir los gastos de una compañía, si otros ya habían asumido sus costos?   El cierre de dichas corporaciones finalmente abre un espacio económico para el hombre de negocios local.  No es que la historia se este acabando--todo lo contrario.   Ahora es que va a empezar la parte buena de la trama.