Hablandole la 'verdad al poder' en la década de 1960 y hoy

    Hay ciertos individuos con una conciencia moral tan poderosa, que están dispuestos a hablarle 'la verdad al poder' independientemente de sus consecuencias.  Hay aquellos que elevan la barra moral colectiva y reorientan las sociedades a nuevas metas y fines que no necesariamente estén en consoné con la de intereses corporativos--así creando 'tensión social'.  MalcolmX fue tal individuo.  Hablo sobre la división racial y eventualmente sobre la decepción que fueron los "Negros Musulmanes", el grupo religioso al cual pertenecía. (MalcolmX viajo al Medio Oriente durante Ramadán para averiguar de que trataba el Islam por si mismo.)   Rachel Carson fue otro tal individuo.  Ella hablo de 'manantiales silenciosos': sitios en los cuales centenares de aves habían muerto como el resultado de materiales tóxicos depositados por corporaciones privadas en tierras publicas.  (El material tóxico se concentraría en los pájaros, de tal modo que las cascaras de huevos se romperían al pájaro sentarse sobre el para incubarlo.)  En ambos casos ambos inesperadamente muriendo joven, a los 39 y 56 años de edad.  Aunque no hay duda que MalcomX fue asesinado en 1965, Carson extrañamente murió de cáncer del ceno en 1964, solo dos años luego de la publicación de su libro--un libro que creo tremenda conciencia nacional, resultando en nuevas leyes ambientales y la creación de la agencia EPA que protege el medioambiente. 

    Cuando uno piensa sobre la vida de estos dos individuos, uno tiene que darse cuenta de la ironía que algunos tuvieron que haber sabido la verdad de sus muertes, pero que en ambos casos nadie fue arrestado.  Yo estaba, por lo tanto, algo chocado cuando escuche mientras que donaba sangre y miraba las noticias los comentarios de Lilly García con respeto al sentido de 'culpa' la semana pasada.  Ella hablo de individuos quienes se sentían culpables sobre lo que le habían hecho a otros, particularmente a seres queridos como amigos o familiares.  Gracia extrañamente recomendó que uno 1) nunca debería de confesar su crimen y que uno 2) leería de hacerse sentir mejor al ayudar a otros.  Lo que fue tan extraño sobre sus comentarios es que fueron tan extremadamente 'psicologizados', que completamente ignoraron la posibilidad que tal sentido de 'culpa' emane de actos que también son legalmente y criminalmente reprensibles--como lo fue en las muertes de MalcomX y (posiblemente) Rachel Carson.  En otras palabras, Lily García acababa de usar la psicología para racionalizar la conducta criminal.   La verdadera reconciliación no consiste en ignorar la complicidad de uno sino en actualmente llevar aquellos que cometieron los crímenes a la justicia.   En este sentido, podemos tomar una película 'posmoderna' como "Michael Clayton" sobre cómo deberían de haber terminado estos eventos: la prosecución de aquellos involucrados. (En la película "Michael Clayton", una abogada corporativa es arrestada por el asesinato de uno de los compañeros legales de Clayton quien había denunciado los abusos de poder de una hipotética compañía agro.)