Observaciones sobre la P de S 837, ley de Eduardo Bhatia para reformar la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE)*

Uno de los problemas principales en el campo de las redes y/o networks vistas en la compra de la PRTC en 1974 puede ser resumido por una simple pregunta: "¿quién vigila al vigilante?" La historia de la reglamentación en Estados Unidos de hecho demuestra los multipels problemas que suceden cuando la reglamentación esta puesta en manos humanas. No importen cuantos llamados se hagan por 'hombres y mujeres del mas alto calibre etico", los centenares de casos en la FDA y la FCC demuestran que reguladores de carne y hueso tienden a estar sujetos a enormes presiones y sobornos por las mismas empresas multimillonarias que están diseñados a vigilar, gravemente distorsionando el proceso de reglamentación externa que debiera estar ocurriendo sobre dichas empresas. La psiquis humana resulta ser demasiado fragil ante tales presiones.

    Podemos observar que lo descrito sigue siendo el problema principal en la legislación P del S 837 y las demás enmiendas siendo consideradas en la legislatura puertorriqueña para mejor administrar la energía eléctrica en Puerto Rico.

    De hecho, es algo chocante ver el complejo aparato burocrático que esta siendo empujado por el Senador Eduardo Bhatia, particularmente a luz de la critica al momento sobre los gastos gubernamentales y la ausencia de fondos al erario publico. Es casi como si las 369 paginas de la medida legislativa fuese una mirada al pasado de Benny Frankie Cerezo cuando este formo la Junta de Calidad Ambiental. Bhatia, quien respeto enormemente, parece querer emular otros notables en la historia de la legislatura puertorriqueña para como hombre viejo poder ver sus niños institucionales corriendo libremente en el espacio publico puertorriqueño. Simpatizo, pero discrepo.

    En términos actuales, la PS 837 emula toda la reglamentación diseñada para la privatización de los mercados de telecomunicaciones mediante "copy-paste" a la industria de la energía eléctrica. Nadie se debería de engañar por la alegación negando el auge hacia la privatización que constituye el foco principal de la legislación. También podemos señalar, por lo tanto, es tajantemente obvio que los mismos problemas que ha sufrido la industria de telecomunicaciones durante los últimos 20 años van a ocurrir por segunda vez en el campo energético. Los altos salarios de $100,000+ que recibirán los comisionados no serán los suficientemente altos para eliminar las distorsiones naturales que se van a dar en el mercado. Y si uno al momento se queja del nefasto "bill shock" en el cual los cargos son mucho mayores de lo que se esperaba en su celular, la tarifa eléctrica contemporánea será como un pasado utópico en comparación con futuros cargos.

    En sus clausulas actuales, tambien podemos señalar una enorme contradicción en la PS 837. Aunque se estipula que la agencia reguladora no actuara para que la AEE violente sus obligaciones financieras con los bonistas, vemos tambien estipulado que, cuan pronto se apruebe la legislación por el gobernador, la AEE tendra 60 dias para un plan de manejo. El agente regulador se reserva el derecho de estipular que si el plan de la AEE esta en conformidad con los 'criterios de eficiencia" de fuentes fosiles, el regulador forzará la propuesta a un productor externo. Esta clausula de 60 dias es un elemento clave de la legislación, diseñada aparentemente para rapidamente desmantelar la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) a raja tabla. 

    Podemos, por otro lado, reconocer que un ente regulador ayuda a disminuir precios en promedio del mercado por su mera presencia, ejemplificado en la historia de las telecomunicaciones. (Los entes reguladores casi eran una garantía que el precio de compra de compañías de telecomunicaciones foráneas drásticamente se redujera, fenómeno que también ocurrió en Puerto Rico y por el cual fue cuestionado en varios estudios detallados.) 

    Pero, a luz de todo lo conocido sobre los problemas en la larga historia de la reglamentación, podríamos preguntar, "¿no hay otra manera de poder manejar el tema?" La hay.

    Clave en todo el asunto energético, como lo es en cualquier sistema de redes, es la interconexión--el punto de encuentro entre dos diferentes sistemas. Unas simples paginas de legislación bien enfocadas sobre el asunto de la interconexión harían más para genuinamente alterar el sistema de energia electrica en Puerto Rico que todo el enorme bagaje burocratico establecido por las 369 paginas de la ley PS 837. Un elemento principal del esquema aqui sugerido, es que va a permitir el gradual desarrollo de un nuevo sistema, en vez de implantar uno 'a lo macho rajatabla' como el que propone Eduardo Bhatia. Veamos.

    Enfocandonos precisamente en este elemento de la interconexión, supongamos que la AEE tenga que aceptar toda electricidad que le sea suplida por un tercero al precio del mercado vigente al momento de uso (y de compra)--identico a la denominada 'net neutrality' del interent. Todos productores son aceptados no importen de donde vengan, creando un mercado libre y abierto para cualquier productor. Facilmente podemos ver como dicha regla estimularia la energia renovable, dando a un crecimiento certero pero consono con las actuales realidades energéticas de la isla.[1]

    El problema que ha ocurrido se debe en parte a una dinámica económica regida por la escala de producción de la energía electrica 'industrial'. Construir y desarrollar una generatriz implica cuantiosas sumas, por el cual 'requerirá' algún tipo de garantía por parte del comprador (AEE) para asegurar la presencia de dicha inversión en ausencia de capital de inversión del comprador (AEE); si tuviera los fondos, no le seria necesario tener que comprarselo a terceros. En esta escala 'grande' de producción de electricidad, vemos por lo tanto la tendencia hacia contratos leoninos que se extienden por varias décadas como parte 'natural' de la contratación energética, sea esta de carácter renovable o no.

    Por implicación, no obstante, la imposición 'logica' y 'rigurosa' de net metering eliminaria toda garantia de ganancias netas para dichas inversiones debido las enormes incertidumbres en el mercado de electricidad y/o petróleo, lo que implicaria una tendencia hacia producción energetica de menor escala y de caracter renovable. Cualquiera que quisiera podría producir electricidad para el sistema y vendersela a la AEE, con tal de que este dispuesto a asumir todos los riesgos que dicha inversion implicaria: lo que convertiría de la AEE en un genuin mercado de oferta y demanda electrica. (El problema aqui en parte es lo que podríamos denominar como la demanda de un 'subsidio corporativo' por parte del ente privado, eliminando de facto cualquier dinamica de mercado y su inata incertidumbre.) Esto naturalmente implicaria una tendencia en el mercado hacia una menor escala de caracter renovable (solar).

    Es decir, se debería formar un ente regulador, pero solamente uno que lidie ciegamente con las dinámicas de interconexión a la red electrica de Puerto Rico y que tenga el poder absoluto de controlar toda interconexión en el sistema. Esto permitiría una evolución lenta y natural del sistema energético de una manera 'ciega' (sin evaluación arbitraria humana) hacia el sistema mas eficiente que pueda tener, relativo a los recursos financieros, el nivel de desarrollo económico, y las tecnologías existentes. El sugerir la noción como hace Eduardo Bhatia de un ente regulador cuasi-paternalista que rija sobre los procesos internos de una compañía simplemente es demasiado intrusivo y lento. Es, contrario a lo sugerido por la ley, ineficiente, no importe las cláusulas que sea escrita en ella como 'términos de cumplimiento.

    La mejor manera para 'vigilar el vigilante' es no tenerlo en primer lugar, eliminando así por completo la chocante arbitrariedad de las decisiones humanas.

 

NOTAS

1. Mientras mas alto sea el precio de la electricidad, mayor sera el estimulo para participar en el mercado interno debido al mayor rendimiento. Esto incentivara multiples hogares a instalar placas solares, en un proceso de crecimiento gradual relativo a la dinamica del mercado.