Profesores Nepotistas, Departamentos Incestuosos

    Es muy lamentable la tendencia que se esta viendo recientemente en el cual catedráticos le consiguen plazas académicas a sus esposas, saltando por encima académicos expertos en sus áreas que llevaban años solicitando dichas plazas. Si pensaban que la controversia de Ricky Rosselló era mala por su implícito nepotismo, estos casos son totalmente chocantes por la abierta manera en el cual el nepotismo se ha practicado. Ninguna racionalización justifica el nefasto impacto que tiene dicha practica en la cultura universitaria.

    Ciertamente hay algunos casos donde dicha practica es permisible, PERO bajo circunstancias sumamente circunscritas y solamente aplicable a situaciones muy inusuales. La única y exclusiva condición a la cual me refiero es cuando un valioso candidato del exterior accede a la oferta de cátedra, pero cuyo cónyuge también es un académico de igual valor y solicita la aceptación del mismo como criterio de su movida. Bajo estas circunstancias un departamento puede aceptar sin prejuicio alguno debido que 1) ambos candidatos provienen con un entrenamiento diferentes y de una institución ajena 2) ambos candidatos son de igual calibre, y por lo tanto añadirán sustancialmente a la experiencia educativa de dicha institución.

    Dichas excepciones NO APLICA a catedráticos que se han casado con sus estudiantes, quienes impulsaron su doctorado en el mismo departamento que enseñan, y que ahora pretenden posicionar igualmente como catedráticos. La práctia es totalmente nociva al bienestar departamental, no muy distante de la prostitución institucionalizada. (Cualquier que accede a tal relación es tan cómplice en el 'crimen' como el mismo profesor que lo promovió en primer lugar, sea cual sea la razón detrás de sus decisiones.)

    El error es un muy simple identificado: incesto académico.

    Hay un sinnúmero de razones por el cual departamentos académicos en Estados Unidos no ubican a sus graduados como catedráticos. La mas obvia de estas es que disminuye la diversidad de ideas, conceptos, y metodología dentro del mismo departamento, análogo al problema genético que surge cuando familias se reproducen entre si. Cualquier académico que ha obtenido entrenamiento fuera de la isla podrá enumerar mil y un razones por el cual la practica es nociva.

    Pero quizás la razón primordial en contra de la misma es que vicia la cultura del estudiantado graduado que ahí se esta desenvolviendo.

    Uno de los estimulantes mayores a la actividad académica durante la escuela graduada es simplemente la incertidumbre del desenlace económico al finalizar el entrenamiento. Nadie sabe donde exactamente va a terminar, y por lo tanto pone todo su esmero dentro de su producción académica para intentar de elevar la probabilidad de su futuro éxito. Pensandolo bien, esta es una dinámica parecida a la descrita por Max Weber en su famoso libro Etica del Protestantismo y el Espiritu del Capitalismo. Debido que el Calvinismo no aseguraba la entrada al reino de dios, los humanos tenían que dejar saber su buena fe durante la vida, para así aumentar su probabilidad de terminar en el Cielo en vez del Infierno.

    Otro componente de esta dinámica es que, el estudiante básicamente compite contra si, en vez de contra los otros estudiantes con el cual comparte clases. Debido que la calidad individual dependerá principalmente de su propia labor, su énfasis naturalmente será en maximizar la eficiencia de su tiempo mientras que eleva la calidad de su producto académico (ensayo). Ante enormes tareas y poco tiempo, compartir tiempo con otros se convierte en una distracción, que solo se realiza bajo circunstancias sociales 'forzadas': fiestas de navidad, coloquios semanales, etc.

    Comparemos esto ahora lo la dinámica institucional viciosa creada por el nepotismo/incesto interno. Al ver que otros estudiantes se están haciendo parte del mismo departamento, el aliento hacia algún tipo de desenlace garantizado se empieza a formular--uno que para colmo no esta basado en la calidad del producto intelectual sino la relación social (en este caso sexual) que tiene el estudiante con su profesorado. Aunque no se esta sugiriendo que esto promoverá la relaciones intimas entre estudiante y profesorado, lo que se enfatiza es que la probabilidad de obtener una plaza dentro del mismo departamento que uno estudia se convierte repentinamente en una noción viable y probable. 

    Se inicia la batalla entre los estudiantes graduados, desvirtuando por completo la experiencia de lo que debería de ser la escuela graduada: la ardua búsqueda de nuevas verdades, en un ambiente de honestidad y colaboración amistosa pero competitiva. En vez, lo que empieza a darse es el ataque por detrás de la espalda, fomentando así diálogos deshonestos, vilanosos, y poco éticos.

    Esta nociva dinámica es tan obvia, que nadie debería de tener que estar explicandola a sus colegas.

    Si yo fuera Presidente de la Universidad de Puerto Rico, le pondría un pare inmediato al fenómeno, instituyendo una cláusula prohibiendo la practica e destituyendo a todas personas (ambos miembros de pareja) involucradas en tales esquemas de fraude institucional.