Puerto Rico no es Grecia. Pero debería de serlo: la Grecia Antigua*

    Con tanta discusión sobre la comparación entre la situación de Grecia y la de Puerto Rico, el mas reciente siendo los comentarios de Paul Krugman para la CNN, el historiador no puede sino reflexionar sobre las enorme diferencias del Puerto Rico contemporáneo y la Grecia Antigua.  Para aquellos que hemos viajado a Grecia, y notado las sorprendentes similitudes con la cultura puertorriqueño, la comparación ‘se cae de la mata’. 

    Ah, la fascinante Grecia Antigua—tan importante que incluso muchos profesores hoy dia no saben exactamente la magnitud de su contribución al Mundo Occidental.  Ciertamente no deberíamos de idealizarlos demasiado, porque (como toda sociedad) no era perfecta.  Pero, cuando comparamos a la Grecia Clásica con otras sociedades que la rodeaban, notamos los rasgos predominantes de igualdad, democracia, y racionamiento por el cual se destacaba—-en comparación con la cobarde sumisión ante tiranos cuyo sola ley era el poder de las sociedades ‘asiáticas’.  Aunque la Iliada de Homero no representa la sociedad a la cual aludimos, sus ideales fueron modelos cívicos por cientos de años.

    La polis, un concepto mucho mas amplio que ‘ciudad-estado’ o  incluso ‘política’—le daba significado al ser humano.  Debido la pequeña escala de sus sociedades, la gran mayoría de los hombre participaba en la política.  Pero, no eran ‘politicos’ per se; un agricultor podría ser senador un dia, para solo regresar a su finca al proximo.  La orientación psíquica del griego era ‘externa’, y la noción contemporánea donde todo el mundo era un especialista que bregaba solamente con sus propios asuntos sera una noción extraña para el griego antiguo. Incluso, el entretenimiento—las obras de teatro—bregaban constantemente con ideales relacionados a la polis.  Una vez mas, que sus ciudadanos estuviesen distraídos en entretenimiento sin relación alguna con sus vidas, como suele ocurrir en la television o el cine, seria algo insultante para ellos.  El hombre que no participaba en la vida cívica no era hombre.

    Cuan diferente es el puertorriqueño contemporáneo.  Aunque vemos rastros similares a la Grecia Antigua en su pasado inmediato—por ejemplo en figuras como Jose Arsenio Torres que vinieron del campo para participar en la ciudad—lo cierto es que la desigualdad de la estructura social puertorriqueña genera un ‘etos’ totalmente diferente al del griego clásico.  Por un lado tenemos una población pobre, constituyendo un 60% del total, que si antes demostraba humildad ante su ignorancia y condición, ahora se rigen por ‘la ley del arrabal’, en el cual la dignidad humana usualmente suele ser la ultima consideración.  Esta enorme masa pobre es fácilmente manipulada por la elite, debido en parte a la enorme diferencia de poder económico que existe entre ellos.  La clase media atrapada entre estas dos enormes pinzas, tiene una posición muy frágil, y en mas circunstancias de lo que uno supondría, algunos de sus miembros ignoran sus vocaciones e identidades profesionales para convertirse en lacayos del poder arbitrario.  La noción de virtud, tan inherente a la sociedad Griega y por el cual se sentencio a Socrates a muerte por haberla corrompido, es una sumamente frágil entre nosotros.

    Ciertamente, la Griega Clásica, en particular su ecuanimidad democrática, se formo bajo condiciones particulares.  El Mediterráneo era un ‘mar abierto’ que le permitió un amplio margen histórico de desarrollo a dicha comunidad.  Es casi seguro que de haber tenido un poderío como su vecino—un imperio—la “Grecia Clásica” que conocemos nunca hubiese surgido.  De igual manera, su estructura política dependía de la pequeña escala, haciendo factible la noción que un agricultor podia cambiar tan fácilmente entre tan diferentes vocaciones.  NO había especialización en el sentido que lo entendemos hoy, y se puede decir que la política era una política de aficionados.  Esta era su debilidad, que la sometía a la tiranía de los demagogos—aquellos que obtenían poder solamente diciendo lo que el publico quería escuchar. (Una vez adquirido el poder, hacían lo que ellos querían.)

    Puerto Rico en este sentido nunca podrá ser como la Grecia Antigua. Pero uno no puede evitar palpar la nociva influencia cultural que tienen muchas de nuestras estructuras económicas.  No hay duda alguna que aquellos grupos con mayor cercanía ‘a la tierra’, tienen un sentido mas profundo de su humanidad; un mayor sentido de respeto y y de justicia ante sus conciudadanos.  Si para los 1950 la urbe metropolitana en Puerto Rico todavía tenia ciertos lazos con el campo, sin duda los ha perdido.  La gran mayoría de la población es dependiente de todo tipo de asistencia federal y/o local: alimento (cupones), hospedaje (plan 8), educación (pell grant), etc.  Esta dependencia genera un falso sentido de ausencia de responsabilidad y, por otro lado, la noción que ‘el mundo le debe’.  El casería genera una mentalidad de arrabal, donde se va desarrollando una cultura—una serie de normas y criterios de relaciones sociales—muy ajeno del Puerto Rico añorado (y de la Grecia Clásica).  La elite, por otro lado, protegidas en sus jaulas  se tiende a sentir con el derecho de ‘hacer lo que le da la gana’.  La mujer que le declara el divorcio a su esposo es asesinada con una pistola.

    Un pueblo no se define meramente por el lugar geográfico donde se ubica; es una serie de relaciones sociales y expectativas de reprocidad individual.  Es decir, un país puede “morir” culturalmente a pesar de que nadie ha fallecido o se ha relocalizado en un sentido estricto de la palabra.  En este sentido, da la impresión que ambos partidos dominantes (PPD y PNP) en su búsqueda de votos hon tomado una serie de medidas contraproducentes al bienestar fundamental de la cultura puertorriqueña.  Por un lado tenemos el estadismo PNP tomando todo tipo de medida para aplacar la mayoría pobre, y sobre le cual resta su voto.  Por otro lado, tenemos la elite PPD cuya dependencia sobre las multinacionales han tenido un efecto horrible sobre el desenvolvimiento autóctono de la política local.  Estos dos bandos son como dos enromes pinzas, quienes han estado destruyendo la fragilidad de la virtud cultural del puertorriqueño.

    Sin duda alguna Puerto Rico debería de ser más como la Grecia Antigua.  La pregunta ante nosotros es: ¿cómo?