Sobre la irracionalidad de nuestros hábitos

    Cuan cómodos se sienten nuestros hábitos; nos brindan un sentido de seguridad sobre el mundo.  Los patrones se repiten día tras día, que nos brinda en cierta manera un sentido de 'control' sobre nuestro mundo al poder predecir los eventos del futuro inmediato.  Dias tras días se duplica con la misma regularidad, ofreciendonos satisfacción ante la ausencia de una crisis.

    Pero, en la misma manera que los hábitos son 'cómodos', también pueden ser irracionales, anacrónicos y 'dañinos'.  Podríamos definir los hábitos como soluciones a situaciones del pasado que, si fueron apropiados a las circunstancias bajo las cuales fueron formados, típicamente no tienden a ser reajustados ante nuevos escenarios.  La ausencia de cambio del habito es lo que les brinda su carácter irracional y antagónico.  Los hábitos son tan ‘ingranados’ en la psiquis humana, que raramente nos damos cuenta de su operación--independientemente de la severidad de su impacto. 

    Les proveeré algunos ejemplos.

    De vez en cuando tomo el tren para ir a la universidad. El otro día algo ocurrió que me fue tan 'chocante' que dejo una firme impresión en mi mente.  En la estación del tren hay una serie de escaleras mecanizadas, el 'escalator', que suben los pasajeros desde la plataforma subterránea hacia la carretera común.  Este 'escalator' en particular no se extiende a una distancia muy larga, quizás de unos 25 pies.  Justo al lado del 'escalator' hay unas escaleras regulares, cubriendo una mayor porción del piso.  

    Lo que fue tan curioso es que, aun cuando se daño el escalator, las personas seguían usandolo como si estuviese en operación.  ¿Huh?

    ¿Por qué?, se preguntaran, ¿ fue tan extraño esta conducta?  Bueno, la conducta fue extraña debido precisamente que es más difícil subir un 'escalator' a pie, que unas escalera regulares--que se encontraban justamente al lado del escalator.  Al tener menos distancia de altura entre cada escalón, es más fácil subir y bajar el pie al caminar.  Confrontados con esa situación, las personas pudieron haber fácilmente pisado a la izquierda para moverse a las escaleras, pero optaron por seguir caminado el elevador.  Algunos cambiaron, pero la gran mayoría siguieron su ahora irracional rutina.

    Consideren su cotidiano vivir y encontraran cientos de ejemplos a su alrededor sobre hábitos 'irracionales', de si mismos y de otros.  Es decir, encontraran muchos ejemplos de como individuos siguen rutinas sin consideración alguna sobre la condiciones bajo las cuales estos hábitos son apropiados, y cuando han parado de serlos.  

    Otro ejemplo: la dieta puertorriqueña tradicional de 'arroz con habichuelas y pollo'.

    Estas dietas altas en carbohidratos eran apropiadas a nuestra 'civilización' cuando la gran mayoría de la población trabajaba en el campo (1812-1950).  La cantidad de actividad física cotidiana era ordenes de magnitud mayor de la que tenemos hoy día, tan caracterizada por los carros, elevadores y todo tipo de transporte 'mecanizado': el autobús, el avión, etc.   Para ir al colmado o el supermercado, un increíble numero de personas conducen sus automoviles en vez de caminar--incluso aun cuando el colmado esta a penas de una cuadra de distancia. Temo decir que he visto la conducta con mis propios ojos.

    Es bastante obvio que la dieta tradicional puertorriqueña es 'anacrónica' a nuestros tiempo. (Esto es un mal uso del termino, pero apropiado al ensayo.)  Casi todo plato tradicional puertorriqueño provee una cantidad de calorías muy por encima de aquellas requeridas en la sociedad contemporanea (2015).  Hipotéticamente, en vez de ingerir solamente 1,300 calorías, ingerimos unas 3,000--dando al enorme problema de gordura y diabetes que aflige la sociedad puertorriqueña. (Es importante señalar que no somos los únicos, al ser un patrón mundial.)

    Un ejemplo final: la prohibición de copia de tesis en las bibliotecas académicas puertorriqueñas.

    Al haber sido víctima de plagio, puedo entender muy íntimamente la razón por el cual se prohibe la copia de tesis.  Incluso, respeto enormemente a todo bibliotecario cuyo celo integro los lleva a tan afanada protección.  Esta política era una muy apropiada en la era previo a de las computadoras y el interent, cuando los únicos medios de difusión intelectual eran los libros y las revistas.  Sus tecnologías eran la maquinilla y la pluma y papel.  Incluso, realizando recientes investigaciones, he encontrado chocantes ejemplos de plagio--incluso del mismo gobierno a mitad del siglo veinte.  La prohibición de fotocopiar CUALQUIER parte de la tesis eleva los costos del plagio hasta tal punto que tiende a ser disuasivo--pero no imposible.

    A pesar de la nobleza detrás de la prohibición, dicha practica se ha hecho anacrónica en nuestros tiempos, e incluso 'injuriosa' (dañina) a los mejores intereses de sus autores.  Les  explico.

    Ante la abundante tecnologias que existen al momento, en el cual se puede verificar cualquier texto con un alto nivel de rigor (Google), la mejor manera de poder verificar la existencia del plagio es tener acceso directo al texto mediante el interent.    En ausencia de la existencia 'presencial' del manuscrito, cuya cita bibliografica raramente aparece en busquedas,  un inescrupuloso individuo se podrá apropiar de sus contenidos sin que otros se percaten de la apropiación ilegal.  Es la 'invisibilidad' del escrito y sus contenidos que hace su plagio tan facil al ser mas dificilmente detectable.  Incluso, un manuscrito, del cual podrá existir solamente una copia fisica, que este escondido en las bóvedas de un archivo estará más sujeto a plagio que un manuscrito abiertamente disponibel a traves del interent al ser mas difícil de detectar.

    Reconozco que este asunto en particular es mas complicado de lo aquí expresado. No obstante, el punto que los bibliotecarios no deberían de estar ciegamente sujetos a viejas tradiciones, sino darle seria consideración a las implicaciones de los cambios tecnológicos relevantes que los rodean.  

    Como en los ejemplos previos a este, podrán estar siguiendo 'hábitos institucionales' ya 'obsoletos' y 'anacrónicos' ante las nuevas realidades del momento.  Sin duda aun, no serian los únicos.