Una vida de sufrimiento luego de unos momentos de placer: el impacto neonatal de la cocaína*

    A manera que la ‘cultura de la droga’ se entrelaza mas profundamente en la sociedad puertorriqueña, uno no puede evitar toparse con sus impactos en su vida diaria.   Vemos por ejemplo el padre adoptivo que no fue informado que su niño era un ‘niño de drogas’, y quien crece para estar en continuos problemas escolares y policiacos, generándole interminables problemas financieros y emocionales a su padre.  El padre adoptivo no fue usuario de drogas, pero como los padres biológicos si lo fueron, todo el peso del vicio cae sobre este—una ‘víctima sin crimen’.

    Quizas los peores casos son los niños, ‘víctimas sin crimen’ que sufrirán por el resto de sus vidas los pecados de sus padres.  Particularmente nocivo es el impacto neurologico al feto por el uso de cocaina de la madre: el síndrome de Mobius o ‘diplegia facial’.

    La enfermedad es bastante fácil de identificar: el niño carece de movimiento facial, dandole un aspecto extraño y peculiar a su rostro.  Es básicamente ese rostro de las películas de horror: caras sin emoción o sentimiento reflejados en el; la cara nunca puede ser una representación del alma, austandonos debido que no nos da claves superficiales sobre su estado emocional. No sabemos si le gusto el chiste, si esta triste, o incluso si siente algún nivel de miseria por su aflicción.  El niño ‘mira al espacio’, solamente dejándonos saber de su estado emocional mediante sus palabras.

    Aun presumiendo que no ha habido otros daños neurológicos, tal como algún nivel de retardación (que típicamente lo hay, al igual que reducido tamaño cranial, entre otros), si asumimos una postura optimista, es claro que esta pequeña falla neurológica afectara la vida social del infante por el resto de su vida.  Los seres humanos estamos genéticamente programados para la detección e identificación de caras, tomando estas el mayor porciento de neuronas de tacto en el cerebro humano.  

    Tan predispuestos estamos a detectar un rostro, que lo vemos donde no existe.  Excelentes (y cómicas) pruebas psicológicas demuestran nuestra propensidad para identificar una cara en las mas extrañas de situaciones: una roca, un árbol, etc etc.  Alguna vez han tenido un familiar que tuvo un accidente que trastorno su aspecto facial?  Ocurrió brevemente en mi familia, y aunque racionalmente sabia que la persona ante mi era un familiar muy querido, al no tener rostro mi reacción emocional fue percibir un monstruo. 

    Consideren el ejemplo de un perro y un cocodrilo, y les ayudaran a entender el punto. El cocodrilo nunca cambia su ‘rostro’, lo que le rinde un aspecto de terror-facilitado también por su innato rasgo de agresión y violencia.  El perro, por otro lado, mueve su cola, y tiene una serie de gestos faciales que nos da una muy clara impresión sobre su estado anímico.  Sabemos inmediatamente si nos quiere o nos odia, lo que nos permite acercarnos o alejarnos respectivamente.  Si nos confundimos sobre el estado anímico del cocodrilo, perdemos nuestras vidas.

    Sin una cara emotiva, no hay persona. 

    Los impacto biológicos de las drogas ilícitas quizás son la mejor razón por su estado no-legitimo y no aceptable en nuestra sociedad.  Podríamos asumir un análisis estrictamente ‘económico’—y sin duda su ‘legalización reduciría su valor del mercado—pero al costo de los nocivos eventos dañinos a la salud.

    El síndrome Mobius es algo complejo, pero es el tipo de enfermedad en el cual factores internos y externos toman un juego.  Como describen Briggs y Freeman, “El abuso de la cocaina por madres ha sido asociado a numerosas malformaciones congenitales.” (p 324-7)[1] Una de las oraciones mas libremente copiadas en portales de medicina dice, “ Certain medications taken during pregnancy and abuse of drugs such as cocaine may also be risk factors for Mobius syndrome.”  (Genetics Home Reference) [2]

    En los Arquivos de Neuro-Psiquiatria (Brazil), Magda Lahorgue Nunes*, Maurício A. G. Friendrich**, Luiz Fernando Loch* indicaron que “Exposure to infections, alcohol, cocaine, thalidomide or misoprostol were also related in association with Moebius syndrome.”  Es decir, habrán varios agentes tóxicos ‘externos’, no relacionado a la genetica de los padres’ que conducirán a la condición. [3]

    Algunos utilizara esto como un pretexto para seguir en su conducta delictiva (padres usuarios de cocaína).  Ciertamente, la cocaína no es el único factor que puede conducir a la enfermedad.  Su asociación con misoprostol fue detectado en Brazil debido que, aunque utilizado principalmente para controlar úlceras estomacales, empezó a ser utilizado como un abortivo. 

    Pero la logia del argumento es algo como decir que uno se puede tirar de un avión sin morirse porque no esta ingiriendo un veneno.  Independientemente de cual sea la causa, es la consecuencia que queremos evitar. Su lógica interna dictamina que TODOS los factores que conducen a los efectos tienen que ser eliminado; estos factores no operan ‘exclusivamente’ entre si, dando que cualquier uno de ellos, o en combinación, puede producir sus nefastos resultados.

    NOTAS