El problema de la UPR
por Rodrigo Fernos
Mucho se alaba el ejemplo del recién fallecido académico Fernando Pico— ‘nuestro compañero’, ‘hurrah’— sin seguir su ejemplo. Pico sirvió de modelo precisamente porque llego a tener un ritmo de producción académica de casi un libro al año, poniéndolo como ejemplar idóneo dentro y fuera de Puerto Rico.
Por contraste, me he topado con académicos de la UPR en las humanidades que llevan unas dos décadas o mas en la UPR sin un solo libro a su nombre. Vemos sus maestrías y doctorados, y poco mas de quizás uno o dos articulitos o reseñas de libro. Da la impresión que estos nunca dejaron de ser estudiantes, pasandose ‘en la joda’ en luchas de moda que de luchas sociales. Desde un punto de vista mundial, su baja productividad es bochornoso—particularmente cuando se considera que la UPR en Rio Piedras es la institución de investigación de mayor nombre en toda la isla.
Se tiene que establecer criterios mínimos de productividad académica en TODAS las universidades del país—incluyendo obviamente a la UPR.
Ciertamente, no todos podemos ser un “Pico”. Como Sacerdote Jesuita, Pico no estaba casado, y por ende no tenia que cumplir con ese amplio requisito de tiempo que los niños necesitan. Igualmente, se puede señalar la dificultad de establecer dichos criterios debido a la enorme variación de los diferentes tipos de investigaciones que se realizan en diferentes disciplinas, incluso dentro de un mismo campo. Historiadores del periodo colonial español no van a poder leer al mismo ritmo que uno del siglo veinte debido a las dificultades de leer estos manuscritos; historiadores del Africa no tendrán acceso a la misma cantidad y calidad de información debido la constante inestabilidad social del continente. Aunque estos ejemplos vienen de mi campo, sin duda alguna aplican en todas las demás facultades.
No estoy sugiriendo que se intente de legislar/institucional que cualquier persona que no cumpla con los ideales estandartes de Fernando Pico sea despedido de las universidades del país. Dicha implantación seria cruel e injusta.
No obstante, no cabe duda alguna que tiene que haber ciertos requisitos de productividad minima en todas la universidades de Puerto Rico, por tantas razones que no puedo entrar de lleno sobre ellas en este corto editorial.
La baja productividad académica tiene enormes repercusiones tanto dentro de la academia como en la sociedad mayor en el cual opera. ¿Cuantos cuentos importantes no se están contando debido a esto? ¿Cuantas injusticias no se están corrigiendo por la vagancia de algunos? El académico productivo sin duda alguna se ve forzado a mantenerse al tanto con su campo, debido que de no hacerlo saldría humillado/a ante sus colegas. Por definición, toda publicación mantiene al académico/a en un estado de intelectualidad activa.
Citaría al caso de Estados Unidos, pero no voy a hacerlo porque quizás representa una postura diamétricamente opuesta, al otro lado del espectro. La espada de Damocles siempre esta al cuello de los profesores que no producen; si no corren, pierden sus vidas académicas y su sustento principal económico. Es un paso de producción algo cruel, cuando se considera particularmente la caída económica del profesorado—mucho de los cuales ahora operan por contrato en vez de ‘tenureship’ (catedrático). También afecta la calidad del resultado, particularmente cuando se compara con la producción académica previo a este periodo.
Por mi parte, me parece que tener el requisito en las humanidades de 1 libro cada cinco (5) años—o su equivalente en artículos—no sería un requisito oneroso e injusto. Es lo esperado básico de cualquier académico, y cualquiera que no cumpla con esta expectativa ciertamente debería de ser removido de la institución. Nunca se puede olvidar que las universidades cumplen importantes funciones sociales también, fácil que sea de obviar ante el inherent ambiente social de la misma.
Sin duda alguna, un requisito de esta indole EN TODAS las universidades ayudara a elevar la calidad y los estandartes DE TODA la comunidad academia puertorriqueña, tanto privada como publica.