Carta abierta a Luis Fortuño (23 de junio de 2008)

Estimado Luis (Fortuño), 

    

Estaba hablando ("platicando" como dicen en algunas partes de América Latina) con un amable guatemalteco el otro día, y se me ocurrió algo que quería compartir contigo:  ¿Sabes quienes son tus amigos, o solamente piensas que sabes quienes son tus 'amigos'?  Si tienes la amabilidad de leer esta carta, considera lo siguiente.  

    Pedro Rosselló estuvo en tu misma posición hace unos veinte años atrás.  Como tu, "Pedro" era la nueva estrella de esa contienda política: joven, blanco, profesional, e inteligente--rasgos tradicionalmente considerados como los ingredientes esenciales para cualquier victoria política.  Líderes del PNP lo habían 'seducido' y este se convirtió en la figura clave para sus ambiciones comerciales.   Nuestro querido Pedro hizo lo que ellos le "pidieron".  Aunque aquí especulo algo sobre su interrelación / interacción actual (no conozco el nivel ideológico interno de Rosselló), sin duda ocurrió lo siguiente:  instituciones del gobierno "publico" fueron privatizadas a precios 'de quemazón' (muy por debajo de su valor actual), generando lucrosos contratos y logrando nuevas 'propiedades'--entes gubernamentales como hospitales y los centros de cuido, por ejemplo.  Pedro fue muy generoso con ellos, como todos sabemos.   

    Pero la pregunta que yo me estaría haciendo ahora mismo si yo estuviese en tu posición, semejante a la de el (Pedro Rosselló) hace unos vente años, es la siguiente: 

    ¿Si Pedro Rosselló fue tan generoso con la clase de negocios, porqué es que esta lo rechazan ahora--particularmente cuando le pidieron e insistieron que regresara a Puerto Rico después de la fallecida contienda de el ingeniero Carlos Pesquera?   

    Uno supondría, como sentido común, que estos generalmente estarían agradecidos, y que buscarían renovar su candidatura una vez más.  Es algo sumamente curioso que Pedro Rosselló ahora insiste en ser el candidato a la gobernación, contrario a los reclamos internos del partido que este antes dirigía.  Es decir, el que cumplió con todo que le había pedido, ahora es descartado como una vieja bolsa de basura.

    ¿No te suena todo esto algo curioso y preocupante?  ¿No te suena a traición? ¿Tendrás la misma mala fortuna veinte años después?  

    Aunque el futuro es imposible de determinar, sin duda yo tendría el ejemplo de Pedro firmemente en mi mente en estos momentos.  Yo me estaría preguntado ahora mismo, "¿Qué le pasó?", "¿Me podría pasar a mi?" y "¿Cómo puedo evitarlo?"  La primera pregunta, aunque de carácter más ambiguo y menos preciso en términos de 'política pública', resulta ser la más importante de las tres--como cualquier buen historiador te podría explicar.  

    La misma experiencia que Rosselló tuvo con el partido PNP lo hace un candidato 'gastado', pero a la misma vez lo convierte en un candidato con conocimiento de los procesos internos del partido y sus relaciones con entes externos (corporativos, etc.); es un candidato cuya experiencia le rinde mayor independencia de pensamiento de la que tenia antes, y por lo tanto lo hace un candidato peligroso a sus intereses comerciales.   Aunque la sanidad mental de Rosselló a veces se pueda poner en cuestión,  a la misma vez (podríamos sugerir) contribuye a su independencia de criterio--o por lo menos un criterio separado al que estos quisieran que se establezca en la política pública (siendo esta la que ellos naturalmente prefieren).  

    Por consecuente, una pregunta que deberías de estar haciendote ahora mismo es la siguiente:

     "¿Cuanta independencia de criterio ejerzo yo (Luis Fortuño) ahora mismo, y cuanta independencia de criterio podré ejercer en el futuro?"  

    Si en el proceso de gobernación llegas a una conclusión que va contraria a los dictados de aquellos que influyen sobre el gobierno, a decir la de los Fonalledas, ¿vas a poder hacer una decisión 'independientemente' de estos sin que hayan repercusiones a largo plazo?  Vas a ser un gobernador propio (de ganar la gobernación), o meramente vas a ser una "marioneta", como lo dicen por ahí, de los "grandes intereses".  Como cualquier persona que se respeta a si misma, uno supondría que desearías ejercer tu propio criterio, sea cual sea este.

    Recuerda que ahora ellos quieren ganar todo el favor posible, antes de la elecciones.   Aunque eres el candidato en estos momentos, durante estos últimos años, estos han querido asegurarse de tu lealtad y los lazos sociales que tienes con ellos, particularmente para alguien que va a tener tanto poder (de ganar la gobernación).  (Todo esto, me imagino, que es una ciencia humana fríamente calculada).  Como salió en las noticias el año pasado, que mi (Luis) esposa repentinamente este haciendo una cifra astronómica como notaria ciertamente es un gran 'regalo', que pocos en nuestra sociedad pueden disfrutar.   

    ¿Le habrán dado regalos a Pedro durante su candidatura?  Aunque probablemente fueron de diferente carácter, estoy casi seguro que si se los habrán dado. 

       Cualquiera que sea el hecho, no obstante, una dinámica muy bien estudiada por antropólogos es la de otorgar favores ('gift-giving' en ingles).  El que otorga un favor implícitamente espera alguna reciprocidad de aquel que la recibe.  Aunque algunos señalarían que uno no debe de dar para 'recibir', sin duda el rasgo innato en el ser humano (y muchos primates cercanos evolucionariamente a nosotros) tenemos un innato sentido de justicia.  Aunque la oferta de regalo no es una compra o un 'barter' inmediato, sin duda en algún punto en el futuro cercano se esperara algún tipo de reciprocidad.  

    He aquí donde te enganchan, y donde te engaña a ti mismo si piensas que vas a poder escaparte de sus garras.  

    Hazte tu mismo la pregunta: ¿Cuanto criterio independiente ejerzo yo, Luis Fortuño, como candidato a la gobernación, y cuanto podré ejercer una vez que llegue a dicha posición (de ganar la gobernación)?

        saludos cordiales, 

        -Rodrigo (Fernós)