Le incumbe a los ambientalistas identificar nuevo lugar para proyecto WINDMAR

    La protesta de ambientalistas es contundente.  Miguel Canals, testificando ante la Junta de Calidad Ambiental (JCA), notó que degradaría la biodiversidad del Bosque Seco de Guánica.  La Sociedad Ornitológica Puertorriqueña (SOPI) reclama el impacto del proyecto en las aves locales, particularmente el Guabairo.  La Federación Espeleológica de Puerto Rico (FEPUR) observa la probable destrucción de varias cuevas en la región.  El Sierra Club de Puerto Rico (SCPR) se ha unido en oposición al desarrollo.  Como lo puso un científico recientemente, WINDMAR "es una buena idea en un mal sitio."   

    No obstante, he de notar que le incumbe a los oponentes del proyecto indicar donde se podría ubicar el mismo.  

    Después de todo, la isla de Puerto Rico no esta preparada para la eventualidad de un aumento drástico en el precio del petróleo.  La presunción vigente es una proyección del status quo hacia el futuro indefinido, cuando reconocidos economistas como José I. Alameda han contundentemente demostrado lo opuesto.  Los precios de la gasolina van a aumentar y ¿sabe cual va a ser la consecuencia?  Un impuesto mayor a toda la actividad económica de la isla que cualquier IVU (impuesto sobre el consumo) que estuvo inventando el gobierno durante meses.  Va a ser drásticamente más caro: la comida, ir de viaje por la isla, llenar el tanque, comprarle ese regalito a su ser querido, etc. etc.  ¿Ya se les olvido las largas filas en las estaciones de gasolina durante la década de 1970? 

    No es que el proyecto de WINDMAR sea malo, sino que necesitamos numerosos más de estos para ayudar a salvaguardar el futuro económico de la isla.  Simplemente le incumbe a todos los oponentes identificar exactamente donde el proyecto WINDMAR se debería de ubicar, al igual que establecer TODOS los sitios disponibles para este tipo de proyecto.  

    De otras maneras, TODOS saldremos perdiendo.