La tormenta tropical Emily como examen de Rorschach mental puertorriqueño*

    La muy esperada tormenta tropical Emily no entró a Puerto Rico, y afortunadamente tampoco a Haiti--que todavía se encuentra en un estado social muy debilitado luego del terremoto que desplomo un 60% de las estructuras de su capital.  No obstante, es interesante notar las reacciones que se dieron en la isla al evento.  Irónicamente, parece revelar la gran similitud que actualmente existe entre dos enemigos contrarios--los 'capitalistas' y los 'socialistas' de Puerto Rico.  En ambos casos, los reclamos publico que estos hicieron estuvieron crasamente equivocados.  Veamos.

    En un conversatorio radial durante el sábado, Hector Pesquera denuncio el 'imperialismo meteorologico' de Estados Unidos. La única estación meteorológica local en Cayey había entrado en abandono, dando a la dependencia local de la tecnologia estadounidense.  El desmedido uso del termino 'imperialismo' por el Sr. Pesquera parece que se deba a su ignorancia sobre lo que constituye servicios gratuitos a nuestra afortunada isla.  Uno puede gratuitamente ir la portal de la National Oceanographic & Atmospheric Agency (NOAA) y obtener imagenes en vivo sobre cualquier evento meteorologico. Gratis. 

    ¿Cómo se generan estos?  Bueno pues se tienen que tener varios elementos: 1) una serie de satélites que continuamente estén enviando información a la base, 2) un sistema de computadoras que continuamente este organizando esta data en una forma coherente y 3) una serie de programas en linea que permitan que esta información sea desplegada al publico en una manera amena mientras que continuamente este protegida efectivamente de ataques cibernéticas que ocurren cada microsegundo.  Si Puerto Rico no ha contribuido a la revolución cibernética y carece de fondos para tener su propia "NASA", dudo mucho que pueda poner varios cohetes en órbita geosincronica sobre la tierra para establecer el sistema aludido por el Sr. Pequera.  

    Peor aun fue quizás el reclamo de los capitalistas del país, que se quejaron que se dieron dos días "libres" innecesarios.  Quizás lo mas triste del reclamo fue que sus presunciones fueron aceptadas incuestionablemente por un gran numero de comentaristas, sin notar la chocante arrogancia que dichos reclamos implican. Nuestros capitalistas se quejaron porque no hicieron mas dinero de lo que sus limitadas proyecciones de contabilidad habían pronosticado--proyecciones que sirven de fundamento para todo capitalismo vigente.  Las bases de datos, las tablitas Excell, Oracle y otras parecidas, se han convertido en las nuevas mágicas bolitas de cristal del financiero moderno, que poco entiende la genuina complejidad sobre el cual presume dominio.  

    La chocante similitud entre el capitalista y el socialista puertorriqueño reside en que ambos toman por sentado los regalos que reciben del estadounidense pragmático, mientras que contribuyen poco a la totalidad del sistema del cual se benefician.  Mientras que uno se queja que 'no fue suficiente' (el capitalista), el otro se queja que 'fue demasiado' (el socialista).   La mentalidad de ambos esta sumamente alejada del de aquel que provee dicho beneficio, provisto gratuitamente sin condición alguna a todos de la región para que todos estén alertados de fenómenos 'invisibles' a simple vista del ojo humano. (Hace sólo 20 años atrás uno tenia que conseguir los mapas y dibujar el punto de coordenadas del ojo de la tormenta, sin tener idea clara sobre la envergadura de su perfil.)

    Quejarse por un regalo gratis, sin haber hecho la mas mínima contribución a este, es ser un malagradecido.  Esta actitud es‚ "inapropiada" (por no usar una palabra soez)‚ para una  población de una pequeña isla en el medio del Mar Caribe donde tocan la gran mayoría de huracanes que se forman en el Atlántico.  No se quejen tanto y pongansen a programar.