Metiendo gato por liebre: ¿Ola de mediocridad en los departamentos de historia de Puerto Rico?

El proposito de este ensayo, contrario a lo que podrán suponer, no es atacar a individuos o instituciones particulares sino para llamar la atención a nocivos patrones mayores que están ocurriendo y podrían estar siendo reflejados en otras disciplinas e instituciones de "higher education". La masa de estudiantes pobremente educados entrando a la academia, la incertidumbre laboral del profesorado en sus aulas, y las presiones económicas que enfrentan toda universidad al momento parecen haber creado un 'ciclo vicioso' en la academia, bajando estandartes en un proceso de mal auguro para el futuro. Es el proposito del ensayo apuntar al problema y sugerir posibles soluciones.

    Me puse a leer una tesis recientemente aceptada para la aprobación de un candidato doctoral en la UPR (Rio Piedras). No estaba en acuerdo con sus presunciones, pero segui leyendo para ver lo que tenia que decir el autor. El tema de la tesis de por si sonaba muy interesante, y hasta llegue a pensar por un momento que el autor 'se me había adelantado' debido que es un tema que quiero abordar en el futuro. Segui leyendo y, a prima facie, note el desconocimiento de formato para citas en la tesis doctoral. Otra vez, nada serio pero algo chocante en una tesis doctoral. Pero, mientras mas leia la tesis y mas me fijaba en las fuentes utilizadas para aportar al argumento, note una casi total ausencia de investigación archivistica. Para mi completa sorpresa, este careció de evidencia compleja y sofisticada en sus 300 paginas, tendiendo a citar las mismas fuentes una y otra vez. Conociendo la meticulosidad de un profesor en el comite, me sorprendió que la misma hubiese sido aceptada para la otorgación del doctorado. 

    El estudiante ahora trabaja en la "Oficina del Historiador Oficial" de Puerto Rico.

    Quizás los peores casos que he visto hasta la fecha fueron en la Universidad InterAmericana. Se me pidió que estuviese en un comité doctoral para una tesis en la historia de la medicina, algo que inicialmente me entusiasmo muchísimo. "Dame copia de la propuesta y los ensayos para poder empezar a hacer comentarios", casi le suplico al colega. Tendría algo bueno de que masticar intelectualmente, pensé yo. Pero, el escrito que recibí me dejo completamente anonadando. 

    Serias "propuestas" de tesis e "examenes de grado" doctoral en el campo de historia tipicamente conllevan la lectura de entre 100 a 150 libros. La propuesta ante mi contenía quizas un total de 5 libros mas la inclusion de citas de portales de interent (de 1 párrafo de escritura) como 'fuentes historiográficas'--sin mencionar los multiples artículos periodísticos incluidos. (Conte todas la citas bibliografias y el total ni llegaba a 30.) Favor noten que no estamos entrando ni tan siquiera en los argumentos del autor. Le pedi a la colega que la propuesta no era meritoriosa de un estudio doctoral y que le instruyera al doctorando que hiciera su trabajo 'como Dios manda'--o por lo menos que cumpliera con los requisitos formalmente establecidos en el departamento (30 libros). 

    Nunca volvi a escuchar del caso. 

    Para colmo, en aquel entonces el director del departamento me informo que había una 'ola de estudiantes' a punto de entrar a la facultad, lo que envió escalofríos por mi espalda ('chills down my spine'). Pensé yo, ¿son estos los bajos criterios que van a requerir de todos los estudiantes?

    Estos casos, y otros, sugieren un decaimiento de estandartes académicos en las mas importantes facultades de humanidades dentro de las universidades mas importantes del país. Podemos tomar 'el argumento del diablo' y sugerir que los casos mencionados pueden haber sido 'casos extremos'. Tengo que también admitir que he tenido estudiantes del mas alto calibre en mis salones--joyas intelectuales con las cuales fue un genuino placer y honor interactuar. Son estudiantes con futuros muy prometedores. 

    Aun asi, lo cierto es que existe un problema 'estructural'. 

    En todos los casos citados, no se han establecido sistemas de medición rigurosa a través de TODOS los departamentos de historia en Puerto Rico--o incluso criterios que consistentemente fueron aplicados dentro de los mismos departamentos. La dinámica lamentablemente remueve el 'valor' y la 'calidad' de los doctorandos graduandose, debido a la enorme variabilidad. Un "Ph.D." de una institucion no iguala a otro "Ph.D." de la universidad aledaña, lo que disminuye la función social y el juicio publico de nuestro campo. La ausencia de uniformidad mata la reputacion de cualquiera. 

    Para poner esto en perspectiva, han habido tesis de maestria con un valor muy por encima de tesis doctorales. Inmediatamente se me ocurren las tesis de Luis Mendez Torres sobre el Padre Rufo quien ayudo a establecer la semilla de la comunidad científica en al isla durante el siglo XIX, o la tesis magistral sobre Tugwell de Norberto Barreto Velázquez, de tan alto valor que eventualmente fue publicada en un libro. Lo trágico ambos casos es que mientras Mendez Torres desapareció del escenario académico por completo, Barreto tuvo que entrar al doctorado en Nueva York para luego terminar como profesor en el Peru. 

    No esta muy lejos de suponer que no son la excepción a la regla. 

    Tienen que haber cientos de otros destacados intelectuales durante las ultimas decadas que fueron injustamente 'empujados' y 'exiliados' en vez de fielmente recibidos en sus universidades por tan honorable y destacada labor.

    Tiene que haber un sistema que recompensa los individuos por su labor, en vez de entregar las pocas posiciones importantes a quienes no cumplen con los criterios minimos (un doctorado). La crisis financiera que la isla esta teniendo al momento podría ser una excelente oportunidad para establecer un sistema laboral basado en meritos a traves de todo el universo académico puertorriqueño, forzando el retiro de aquellos que no conforman con estandartes minimos. Tanto del Director del Departamento de Historia de la UPR como la Directora del Centro de Investigaciones Históricas carecen de doctorados; lo mismo podemos decir del 'Historiador Oficial" de Puerto Rico. Y no son los únicos. Por años, un estudiante doctoral sin libro alguno a su nombre fingió como director de la Facultad de Humanidades en la UPR de Cayey. 

    Y nos llamamos primer-mundistas.

    Un sistema tan desigual y arbitrario ciertamente no incentiva los individuos hacia su mayor productividad debido que no establece ontundentes reglas que claramente promocionaran los que genuinamente contribuyen a su campo. Conozco de profesores que han incluido en sus vitas artículos académicos sobre 'como se prepararon para escribir un articulo académico'. Hay algunos que nefastamente mantuvieron estudiantes doctorales por años en sus tesis, recibiendo 'gordos cheques de gratis' por el cual hacían poca labor. Otras han sido feministas 'de ultranza fundamentalista' con un bien conocido desprecio al genero varonil, entregando bajas notas meramente a base de la cantidad de testosterona pasando por las venas del estudiante…. 

    De menor impacto, el campo de la historia también se ha visto 'inundado' de sociólogos que parecen como cachorros perdidos sin hogar institucional. Aunque no me opongo a la mezcla de campos--todo lo contrario debido que un buen historiador es un sociólogo al fin--es algo preocupante el empuje que se ha visto en años recientes debido las clara diferentes metas intelectuales que ocupan los campos respectivos. No hay duda alguna que ambos campos, y muchos otros, se debería de entremezclar continuamente--pero desde sus hogares institucionales respectivos. Los departamentos de historia no deberían de convertirse en 'half-way homes' para los facultativos menos-afortunados.

    Es claro que los departamentos de historia no pueden seguir actuando como si nada de esto estuviese ocurriendo porque, al final, los resultados terminaran 'mordiendolos' de vuelta. A manera que mas candidatos se gradúen sin lograr el nivel de rigor académico que exige su disciplina, el valor del 'doctorado' y del campo de la 'historia' al final se veran negativamente afectados. Como en toda politica monetaria, tiene que haber firmes controles sobre la 'emisión' de diplomas: estandartes tan claros y certeros que un niños podrá fácilmente detectar a simple vista si se cumplió o no con los requisitos minimos para el diploma. 

    Como mencione en un previo ensayo, es fácil 'meter gato por liebre' en las humanidades. Los logros no son tan claramente visibles, contrario a los logros en otros campos como el alpinismo o el ballet--en el cual la perfección y la originalidad son visiblemente demostrados ante sus audiencias. Demasiados académicos confunden palabras por conocimiento o 'titulo' por 'verdad', dando a un derroche de tinta y sonido de poco valor y contribución social.

    Se tienen que establecer claros estandartes consistentemente aplicados para resolver estos problemas: un común numero de obras leídas, claros criterios de evaluación de estudios, etc. 

    De otra manera, poco se diferenciara el noble campo de la historia con la politica pleberiana del Capitolio legislativo, dejando a Puerto Rico sin un claro rumbo a donde seguir.