El fin de la era de ‘desarrollo por legislación' y sus implicaciones


por Rodrigo Fernos


Con la aprobación del impuesto estadounidense federal del 12.5% en las corporaciones de la isla, el fin de la era de las 936 ha llegado. Y en buena hora.  Sus comienzos databan con el nacimiento del Estado Libre Asociado, con los incentivos a las industrias de alta mano de obra (textiles) y formalisandose con las de alto capital, primero las petroquímicas seguido por las farmacéuticas. 

Es bastante obvio señalar las inherentes debilidades de ‘desarrollo por legislación’ que se impulso durante la dominancia del PPD en el poder.  Con el mas mínimo viento legislativo, la casa económica de palillos se tumbaba al piso. Fue una lecciones que muchos politicos de ambos partidos parecen jamas haber aprendido, particularmente con el desastroso caso de la CORCO en los años de 1970. Las proyecciones de ganancias se desplomaron no tanto solo por la enorme inflación en el precio del crudo, entonces dominado por la OPEC, sino también por cambios legislativos que hacían el proyecto factible.  Tal como en el caso de la cultura cuando equivocadamente se trate de legislar el vernáculo de una sociedad, el desarrollo por legislación resulta una política equivocada.

Al haberse realizado en los 1960, su implantación implicaba una inmediata y urgente búsqueda para establecer fundaciones solidas de la económica—mediante el desarrollo de industrias genuinamente autóctonas.  Pero, lo que actualmente llego a ocurrir (y sigue ocurriendo hoy dia) es que gran mayoría de los fondos que llegaron a las arcas se invirtieron en favores politicos del crecimiento de la burocracia estatal.  Algo que era previsiblemente inevitable a sus comienzos, con el fácil cambio de legislatura que acaba de ocurrir, el imaginado fácil futuro económico de Puerto Rico se ‘desplomo’. 

La cosa se va a poner difícil debido al enorme ingreso que el estado recibe de las farmacéuticas—varios billones o, si recuerdo bien, aproximadamente un tercio del total. Esto afectara a todas las instituciones que dependen directamente del erario estatal-en particular la Universidad de Puerto Rico, que ya se encuentra en enormes aprietos por los tranques que la Junta de Control Fiscal le había impuesto. Sin duda, no obstante, todo el mundo va a ser afectado de una manera u otro.

Pero hay luz al final del túnel: es un nuevo comienzo para que la económica puertorriqueña se sustente sobre solidas bases y fundaciones, en vez de la ‘arena sin cal’ sobre el cual ha existido durante las ultimas décadas.

Una cosa es cierta. La educación, que hoy dia  es un chiste en muchos sitios debido la total ausencia de consecuencia de su pobre desenvolvimiento institucional e individual, tendrá que cambiar drásticamente de ahora en adelante. (Si, me refiero a ti, Universidad Interamericana.)  De hoy en adelante, su prosperidad individual dependerá mas que nunca sobre su genuina educación—sus destrezas en leer y escribir, entre tantas otras . 

Mas importante aun, se le tendrá que brindar un genuino énfasis al ciencia y a la tecnología, que por tanto tiempo llevan en el ‘sueño del abandono’ (créanlo o no).  

Por un buen tiempo ya, se le ha perdido el respeto al conocimiento en la sociedad puertorriqueña, siendo mas dirigida por el poder. Inclusive, tanto adultos como niños respetan el poder más que a la genuina autoridad intelectual que proviene del conocimiento profundo.  Es una jerarquía de valores que sobreponen la injusticia sobre la verdad, el atropello sobre la cultura y la mentira sobre la originalidad intelectual.

Algunas cosas, sin duda alguna, cambiaran para lo mejor.