Criando cuervos en Puerto Rico
Fuente: Primera Hora
No les parece que cada día se les hace más difícil a nuestros líderes políticos decir "lo siento"; "mala mía"; "esto me quedo mal"? Ni siquiera recuerdo cuál fue el último líder que haya enunciado tales expresiones públicas que tanto bien le harían al país y a las generaciones futuras, sobre todo.
En cambio, hoy en día en nuestra isla, todo acto de imprudencia, corrupción o error involuntario se tiene que justificar a toda costa. Hay abundancia de "yo no fui" y de "eso lo tuvimos que hacer por esto y aquello." Hay que inventarse algo para salir airoso y poder echarle la culpa al otro. Y, obvio, en ese libreto de política 101 no puede faltar el desacreditar la reputación del que hace la denuncia.
¿Qué les cuesta? ¿Cuál es el miedo? Ah, por supuesto, les cuesta los famoso votos y su puestecito (o "puestazo") en el gobierno. Les cuesta la "honorabilidad". No saben ellos que con cada justificación y entuerto que hacen por defender su error de juicio o falta de prudencia, socavan la figura del puertorriqueño más humilde y de a pie que lucha por defender al país con dignidad y honestidad diariamente.
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