Sobre lo que el apagón de luz me recordo: la importancia de division de poderes
Para los que no vivan en Puerto Rico, sepan que hubo un enorme apagón de electricidad a mitad de semana, que dejo a unos 2 millones de abonados en oscuras. Es decir, mas de la mitad de los residentes en la isla, alegadamente por un sensor que no funciono. Como siempre, fue un buen momento para reflexionar y realizar tareas que uno dejaba postergando por la imposición de la cotidianidad.
No obstante, el apagón me recordo una vez mas de la importancia de la division de poderes.
Cada uno de los sistemas de infraestructurales cruciales típicamente operan independientemente del otro: la electricidad, el agua y las comunicaciones (específicamente el teléfono). Esta division tripartita de poderes es de suma importancia porque, de caerse un sistema como ocurrió esta semana, los otros dos sistemas siguen operando normalmente. Cada uno opera bajo su propia administracion, criterios y recursos; de varias congelarse al mismo tiempo sera mas por coincidencia que por causa común.
Menciono esto porque si las corporaciones se saliesen con las suyas, tendrían control monopolístico sobre todas las areas funcionales de una sociedad. Le seria idónea y de enorme eficiencia para el Banco Popular de Puerto Rico que todas las ramas del gobierno, las legislativas como las judiciales, fuesen unidas en una sola: la ejecutiva. Esto le brindaría enormes eficiencias al gobierno, pero con un solo inconveniente: la creación de monarquías modernas. Ganaríamos la eficiencia a cambio del fallecimiento de la democracia.
De manera semejante, seria idóneo la consolidación de varios sectores y/o corporaciones en una sola mega corporación, pero cuyos costos son previsibles desde el principio. Dichas consolidaciones siempre tienen el costo de menor resiliencia ante cambios improvistos. Tal como en la genética darwiniana, una mayor diversidad de variaciones producen una población muchos mas estable y duradera que su homogeneización.
Es una ‘regla del pulgar’ (rule of thumb) tan común, y que sirve como la base del éxito de nuestro mundo moderno, que la tendemos a dar por sentado.
Como ocurrió esta semana, es bueno ser recordado del hecho de vez en cuando.